1.31.2008

sorpresa

Cuando salí de mi clase vespertina, sin comer y agotada, estaba esperándome. No en mi oficina. Afuera de mi salón. Me sorprendí un poco. Después, efusiva, Vineadecirte que me cambié de carrera por tí y que estoy súpersúper feliz. Por tu clase, por tí, estaba estudiando X y ahora voy a ser Y, ¡y mencanta! Después me abrazó, así, sin más aviso.

Dije su nombre medio titubeando, porque son tantos, y se van tan pronto y yo reseteo la memoria cuando termina el semestre. Pero no me equivoqué. Tiene un nombre de cuatro letras, como el mío verdadero. Un nombre fuerte, de mujer adulta. Un nombre serio. El pelo y los ojos muy oscuros, los ojos bien abiertos. Los ojos con una estrellita y todo. Una alumna que preguntaba sólo lo que hacía falta. Lo interesante. Lo importante. Una alumna callada y afanosa. Discreta. Inteligente. Con un cuerpo largo y breve que unos minutos más tarde me enteraría es el de una bailarina igual de seria y concentrada. Pero ahora brillaba. She glowed.

No tuve corazón ni ganas de decirle que moría de hambre. Me acompañó a mi oficina. Se sentó. Movía las manos como si en ellas hubiera castañuelas. Sus maestros, sus clases, las materias. Su incursión francesa en el verano. Sus planes de viajar a sudamérica. Y se saboreaba de decírmelo, y abría cada vez los ojos y me contagiaba. Una joven mujer enamorada de sus decisiones, del mundo, de todo eso que le espera. Y me sentí otra vez como ella. Y me sorprendí abriendo los ojos y poniendo signos de admiración yo también.


¿Cómo, cómo puede ocurrírseme que podría estar haciendo cosas más recompensantes?

Etiquetas: ,

planes playeros


Cosas potencialmente ridiculizantes mañana que me presente en el mostrador:

- Disculpe, me llamo Señorita Maztrich y tengo una reservación...
- ¿Su destino Señorita Maztrich?
- Pues verá, me parece que voy a X, pero también podría ir a Y, aunque definitivamente sé que no voy a Z.
- .....


Más le vale que no se le pierda el celular ni que nos quedemos incomunicados. Más le vale.

Etiquetas:

1.30.2008

cucurumbé

En el radio a la mañana, en la programación "étnica" de la estación universitaria, la negrita cucurumbé, timbales y todo. Le subo. Me sé la letra. Sin mucho esfuerzo abandonan las palabras mis labios. ¿Cómo me la sé? Flashazos, como en película. Yo bailé esta canción. En-el-kin-der. Qué dicha, encontrar un recuerdo así, entre un semáforo y el reloj que me apura. Y entonces me asalta, a propósito del inminente viaje a la playa.


¡¡¡¡¿Para qué diablos iba a blanquearse al mar?!!!!

Yo voy a todo lo contrario.

Etiquetas: ,

1.29.2008

bitácora 280108

El sujeto sigue negándose a cooperar. La autoridad interrogadora ha cumplido un par de demandas simbólicas de carácter económico con la intención de crear un clima de confianza. El día de ayer hubo algunos progresos pequeños pero significativos. Se logró establecer que el destino de la misión se encuentra en la costa del Pacífico. Se sabe también, que se respetaron las órdenes iniciales de no llevarla a cabo en el destino IXZIH. Hay indicios de que pudiera haber un balcón involucrado, así como instalaciones del tipo SPA.

El interrogatorio proseguirá esta tarde. Se espera tener más resultados debido a la premura con que se opera.

1.26.2008

modelo para armar

Esta semana llegó. Lo encontré junto al teléfono, antes de alcanzar a quitarme los tacones. Una escena muy cinematográfica. La caligrafía conocida en el sobre. El Sobre. Ahí. Malintencionadamente frente a mí. El suspiro profundo. Tomar el paquete y andar de aquí para allá unos minutos, colgando la bufanda, postergando. Abrirlo. Un regalo de ella. Y qué regalo. No lo tenía. Mirar una nota que fue agregada después, a las carreras en la oficina de correos de la Condesa cuando pagó veinte pesos por el envío. A las carreras deshacerme de todo excepto el libro. Y entonces, sólo por un momento, dejar otra vez que el peso me caiga encima. Me lo permito. Unas lágrimas por ella. Cierro la puerta y me siento un ratito nomás, mientras mi jogging companion viene por mí. Después todo está bien otra vez. En la vuelta cinco empiezo a escribir mentalmente (últimamente hago mucho eso) una nota de agradecimiento. Más tarde la enviaré.

I am legend (spoiler alert)

Se acabó. En la sala VIP un colectivo WTF.

Formulo dos teorías:

Teoría A
Se les terminó el presupuesto y entonces, insert credits here, no matter what.

Teoría B
La Mayor's Office of Film, Theatre and Broadcasting les dijo halfway thru the shooting: You know what? We sort of need the city back and, well, we're asking you guys to go. Now.

En todo caso, empacaron todo y se largaron al mucho más barato y cercano estado de Vermont.


Y sí, Will Smith debe ganar un chingo, porque no deja dinero ni para soundtrack. Ojo, todo cool con Bob Marley, pero.

Etiquetas:

mudanza

Hoy hace una semana justo se fueron. Él vino por ella. El año pasado consiguió un trabajo muy chido en el defe. Entonces ella medio se puso a empacar, mientras terminaba su contrato de trabajo. Ella, que puede pasar varios meses sin lavar ropa ni repetir atuendo. Él encontró depa. Ella iba y venía. Broméabamos que sería chido que fuéramos vecinas. Ahora vecinas no vamos a ser. El sábado anterior pasé a verlos. El depa de ella casi vacío. Las cajas. Maletas. Fue medio triste. Somos amigos desde hace mucho. Un sexenio más o menos. De compartir, de ir y venir. Él inventó el seudónimo de quien esto escribe. Ella me empató con el flasmeis en NY. Los quiero mucho. Me han heredado mucha música, muchas palabras, muchas cosas. Amigos también. Tenemos Historia y voy a extrañarlos pero me da gusto.

Deseo mucho que consoliden su proyecto. Que se disfruten el uno al otro. Que se la pasen chido.

Etiquetas:

1.25.2008

Random thoughts

En ocho días estaré camino a la playa. Playa Desconocida. Boletos comprados en la ignorancia total. Raro. Emocionante.

Que se quede con él y mi almohada de pluma de ganso y los platos naranjas. Pero que ni se le ocurra tocar mi catálogo de anthropologie. La mato.

¿Si estuvieras aquí sería distinto? ¿Cómo?

Fuertes declaraciones: Me desespera mucho la gente. Mucho. En lo general pero también.

Un jacuzzi indoors no me interesa en lo más mínimo. Loquequieroessol.

El cuerpo odia el programa intensivo de abdominales porque todavía tiene tos. Ya se le pasará.

Etiquetas:

columnista

La cajera intransigente casi me lo roba. Pero no. Nada puede quitármelo. Este día fue grande.

Publicada. En tres ciudades. Pequeñas, pero. Una emoción grande. Ver mi nombre. Las palabras. Mías. Ahí. Afuera. Impresas. Reales.

Todavía no se acaba enero y es como si estuviera cumpliéndose todo, todo.

Etiquetas:

1.24.2008

confesión

¿Lo digo o no lo digo? ¿Sí? ¿Sí? Bueno, ok.

Algunas veces pienso que cuando sea grande quiero ser como ella.

Etiquetas:

1.22.2008

farmacista


Estoy haciendo fila en la farmacia. Dos mujeres en pants preguntan en voz alta mientras examinan los estantes ¿y para el vómito qué será bueno? El muchacho frente a mí cuenta trabajosamente las monedas. ¿Oye, y esto quées, esto jalará? Es mi turno pero la cajera/farmacista me hace una seña y se asoma a la trastienda. Les dice por encima del mostrador: Vontrol también es para eso. ¿Para una niña de seis años, dice una de las mujeres? Abro los ojos. Yo no soy farmacista, pero. La cajera nota mi reacción de reojo y aventura un "puesss sííí" muy débil. No es mi trabajo. Yo no soy doctora, ni mamá ni química. No soy quién. Pero de algo tiene que servir toda mi preparación. La afición a ER, el romance aquel, el flirteo con los anti-inflamatorios no esteroideos, mi hipocondria amateur, la convivencia doméstica con los abuelos. Todo eso me califica, ¿no?

Así que como no queriendo susurro Bonadoxina y me marcho.

Etiquetas:

1.21.2008

deseo

Que con cada decepción pierdas no la ilusión, sino el apetito.
Que no se te muera un cachito del corazón, sino del estómago.

Queda una buenísima.

cannonballs

Esta mañana en el radio, con el sol delicioso sobre los cerros empieza una canción. Estoy vestida de esquiar, con jeans que se caen y botas planas y suéter de grecas y chaqueta puffy. Voy a trabajar y estoy buscando las noticias pero el sonido como de una alarma me detiene. He oído esto antes. La conozco de hace mucho pero hace mucho no nos encontrábamos. Es de mi época MTv. Wow. Le subo al volumen y rockeo. Rockeo subiendo la loma, bajando la loma, es lunes. ¿Diez años? ¿Quién la canta? No sé pero ahorita que llegue a la oficina lo googleamos. Mh. No, no es Savage Garden. ¿Alguien sabe? ¿Será posible que estemos tan llenos de recuerdos?

Etiquetas: ,

1.20.2008

refund

De unos días para acá tenía un feeling onda "que devuélllvan la plaaaaaaata, che". Entre más cosas me contaban, entre más verdades descubría, más el sentimiento ese de, no sé, que me debían. Hasta que la otra tarde, en el radio, un sombrerudo (seguro era un sombrerudo) cantaba así.

Y entonces pensé, keep the change, honey, and buy (her) something nice.

reseñas

Paquidermo. Me habían dicho que era como un diner pero no. A mí me pareció más bien un bistro onda L'Express, por aquello de que abren veinticuatro horas y sirven frenchified fare. Pero también tienen cosas orientales y hamburguesas. El lugar quiere mucho ser New York: con una pared de ladrillo (que no es exposed porque el edificio es nuevo) y la otra de azulejos blancos, con banquettes (por eso no es diner, los diners tienen booths), flores frescas, pizarrón con los especiales del día, baño unisex (no me dí cuenta hasta que me dijeron que "sólo había uno"), luces tenues, y todo. Y sí, es un poco como New York pero con más espacio y más limpio. La comida estuvo toda rica. El vino y el pato y la ensalda y la entrada de camarón envuelto. Al puré le ponen queso roquefort. Mh. Salvo las aspiraciones niuyorquinas, cero pretensioso. Buena atmósfera. La terminal no les funcionó (últimamente nunca funcionan las terminales en restaurantes, tintorería, etc), pero no era culpa de ellos, I guess. Es el tipo de lugares al que siento que debo de volver para que les vaya bien. Porque no qusiéramos que les vaya mal. Porque está chido ir a un lugar así afterhours. Y porque me falta probar un chorro de comida en el menú.

The Orphanage. Me encanta el cine pero no me gustan las películas de miedo. Cuando era niña y el objetivo principal de las pijamadas era ver películas de susto yo tomaba las cosmopolitans de las hermanas mayores de mis amigas y me sentaba a leer de espaldas a la tele (I know, weird). Todo con tal de no ver. Así que no tenía intenciones de verla, pero qué remedio. Me mandó un mensaje que decía que ya tenía los boletos en sala VIP, ¿y cómo decir no? Al principio me estaba durmiendo. Después no podría dormir. Pero la disfruté. Tiene buena fotografía, música, todo. Y luego me quedé pensando que es de esas películas que diez años más tarde te siguen asustando. Porque no hay hilos visibles ni trucos. Y es de miedo pero no es de miedo. Es más bien de angustia. De la angustia de una madre, de la angustia de los recuerdos. La enfermedad, la soledad. Una casa llena de historias. Las historias que no se cuentan pero que se quedan. Que nos acechan y nos llaman y nos invitan a descubrirlas. Hasta que podemos contarlas.

Etiquetas: ,

el pasado

Llegamos un poco tarde al cine. Había olvidado lo mucho que me gusta ir al cine. Un hombre y una mujer que se separan. Ella dice que no, que se dejan. Un hombre y una mujer que se dejan, en Buenos Aires. Querer tocarlo todo. La calle, los cafés, el subte. Un gusto a conocido, a viejo. Saber que también no hace mucho, caminábamos por ahí. La última vez que ví a ese hombre fue en Buenos Aires, en una pantalla del rumbo de Almagro. Y ahora él, en la pantalla, camina por las calles que nos llevaron a verlo. Siento una pequeñísima nostalgia. Como si estuviera esperando que de pronto volteara a mirarme y dijera: eso es Retiro (o Abasto, o ¡mirá, Rivadavia!), ¿te acordás? Y claro que me acuerdo. Me concentro en la pantalla. En el pasado de ellos. El muerto que comparten. Ése con el que sólo uno de ellos se quedó a vivir. No sé si termina de gustarme, no termino de creérmela. No sé qué estoy buscando. Un cachito de eso. Una hora y media into the movie, avisto de pasada el primer mate de la cinta. Tampoco hay fútbol. En la versión que yo tengo de eso hay siempre mate y fútbol y puñadito e ironía. Acá no. Esta es otra versión. El pasado se pudre, huele mal. Está sucio y sin bañar. Rodeado de botellas de Quilmes y cajas de pizza y fotografías sin clasficar, el pasado se vuelve una montaña infranqueable a la que le damos la espalda inútilmente. Queda su sombra. Yo estoy acá, aquí. Al pasado le hemos cerrado la puerta. No, no lo hemos borrado. Lo metimos en el último cajón. Que se quede ahí. Ahora hay otros proyectos, otras ilusiones. Ahora no tenemos tiempo para él.

Etiquetas: ,

1.17.2008

cosecha

Esta tarde salí de la oficina a tiempo. Ocho horas en punto y eso que no ví el reloj hasta que tomé el celular para ponerlo en mi bolsa y marcharme. Cuando me echaba la bolsa al hombro y guardaba un artículo que quiero leer pensé soy feliz. Después me burlé. De mi conciencia feliz de mí. Che loca.

Pero no es así, ni locura ni negación ni nada de eso. Es cierto que pasé unos días pesados, tristes, nublados. Y es cierto también que afuera está nublado. Pero no. Aquí no. Me siento bien, tranquila. Del cuerpo, la mente, el ego. Cada vez me sale mejor mi trabajo. Mi trabajo, el que todavía conservo. Decir que siempre no, no me voy a ir y que me acepten y no me pregunten, y que además me bajen un poquito la carga sin decírmelo. Como una palmadita en la espalda pero con dignidad. Ayer, el inicio de lo que sigue y una epifanía vocacional. Lo disfruté de veras. Un orgasmito intelectual. El anuncio de una prueba superada. La responsabilidad de llenar unos zapatotes y la sospecha de que tal vez puedo.

Me veo al espejo y también me gusto. Los ojos, más grandes, más, no sé, ahí. La ropa que poquito a poco va aflojando. Los músculos que se empiezan a asomar. Los pequeños rituales de baño, crema, perfume, lipgloss. Disfrutar el ombligo que despite the frío se asoma cada vez más por encima de los pantalones que siguen en caída libre.

A mi alrededor empiezo a notar cosas que antes no veía, aprecio, interés, cariño. Aprovecho cualquier oportunidad de cafecitos, cine, comida, llamadas, regalos, notitas. Palabras. Elijo quedarme con las palabras edificantes. Las que digo pero también las que recibo.

Tengo 28 y siento que estoy cosechando. Que todo me lo merezco.

Etiquetas:

radial

Cosas que no puedo preguntar en voz alta.

¿Preferir cumbia villera en el auto a las siete am en lugar de la BBC me hace mala persona?

Does it undermine my intellectual credibility? (Desde ayer soy professor Maztrich)

No sé, pero me pone muuuuy de buenas.
Con bailecito y movimiento de brazo futbolístico y toda la cosa.

Etiquetas: , ,

1.16.2008

amensia


Hace diez minutos, a punto de dormir, me llega un recuerdo como a quien le entregan un paquete inesperado. B y yo nos tomamos una foto lindísima con una fotógrafa callejera frente a Balthazar hace casi tres años. La última vez que la ví fue en mi corcho de mi depa en NY. Sé que la empaqué. No sé dónde. Angustia.

1.15.2008

voluntad

Francamente pensé que sería un poco más duro. Que tardaría más. Hoy que tecleo con los dedos enfundados en plata y coral, el career pant cansado y feliz de no haberse mojado las bastillas, me doy cuenta de que estoy bien lejos. Mañana empezaré una nueva etapa laboral. El sábado entregaré una primer columna. En dos días serán tres semanas de ejercicio. Supongo que es en parte la ventaja de ser así. Moldeable. Tirar la taza verde, usar la nueva. No recuerdo la última vez que usé sh en lugar de y, o que me sorprendí empleando las agudas. Abandonar un area code y adoptar otro. Cambiar los defaults en los buscadores de boletos de avión. Click, click, click. Archivar la agenda del año pasado, jubilar un cierto cuadernito. Aceptar que no me molestan los abrazos de los alumnos en algunos contextos. Reconocerme en el cuerpo. Hay pocas cosas por las que conservo un attachment verdadero. Lo demás puede irse. Cuatro bolsas de basura en el último año así lo atestiguan. Detenerme en otras estaciones de radio. Frecuentar nuevos sitios electrónicos. Es como que la lluvia de afuera ha terminado por llevárselo todo. Esta lluviecita fina, sin furia pero efectiva. Constante.

1.14.2008

cumplido

Luego de (hopefully) demostrar mis habilidades intelectuales y docentes se me acerca una alumna: "Miiiiiiiissssss, eres mi hiiiiittt!!!!!!" Sonrío. "Eres la ÚNICA, LA ÚNICA persona de la prepa que enflacó en las vacaciones".

Me encanta mis alumnas, las güeras.

Etiquetas: ,

1.13.2008

postsecret 2

Esta mañana (mañana es un decir, era mediodía) cuando abrí los ojos me dí cuenta de que hacía mucho que no dormía tanto y tan parejo. Quería escribir Dear Frank. ¿Y de ahí? Contarle, que lo sepa. El círculo. Una botella lanzada al mar. Un secreto depositado en un buzón de Prince Street. El tiempo. Una tarde de invierno en Broadway. Una pequeña librería, cerquita de The Strand. Un libro esperando ser descubierto. Una casualidad. ¿Te cae, Frank, tú crees? Seguro te llegan muchas cartas así. Seguro mucha gente te cuenta cómo fueron descubiertos sus secretos. Yo no Frank. Yo no pensé que mientras dejaba de fumar y enterraba a Jaws y Megú pasaría algo así. Yo que andaba tan de aquí para allá, tan dejando palabras por todo Nueva York, besando, leyendo, creciendo. Y entonces, un par de ojos que fueron a posarse en un secreto. Mi secreto en donde se vió. Suyo.

Pero nah. No podía. Escribir algo así equivale a que la tachen a una de mentirosa. Esas cosas no pasan. Esas cosas le quitan credibilidad a la gente. That's not the stuff my life is made of.

(post)secret

Es medianoche. Estamos tomando vino. Escuchando música. Quién sabe de dónde sale Susana Baca. Y se me cae un poquito el estómago al piso. Toro mata. Así ha sido esta noche. Revelaciones. Taquicardias. Música. Vino. Secretos.

1.12.2008

querido cuerpo


De nada.

(Thank you for coming)

Etiquetas:

padespués

Que no se me olvide: El papá de The Kite Runner tiene vibra cortazariana.

Etiquetas: ,

1.11.2008

regreso

Ayer cuando salí de mi oficina (mi oficina que después de un año y medio tiene fotos en los marcos y plantas en el escritorio) encendí el radio y un hombre con acento decía un poema. El sol pintó de rosa y dorado el cielo en Holanda. Era Radio Netherlands, believe it or not, describiendo las condiciones meteorológicas. Fui al súper y tomé el carrito, no la canastita. Antier fui a tomar unas cheves con lo que quedó del club de vino y queso. Comí con G un día, visité a B otro, tomamos café con E. Estoy haciendo ejercicio sin inscribirme en ninguna parte, believe it or not. G quiere saber por qué. Me cansé de mi propio bs, le dije, ya basta de excusas, I mean, después de todo, it seems that everyone and their cousin are already doing that. Para ir a correr al parque del barrio no hay pretexto. No hay que esperar la quincena, ni el tráfico ni la ropa ni el yoga mat. Me pongo los tenis y la shuffle y me salgo. Noimporta si son las diez de la noche. El parque no cierra. No importa si no tengo dinero. Y así. El fin pasado tiré ropa, zapatos, acomodé el clóset, desempaqué la última maleta, guardé la perenne mochilita de fin de semana. Y entonces me doy cuenta.

Independientemente de lo que digan las millas frecuentes y el título de mi maestría y el contrato laboral y el recibo del celular, acabo de volver a Monterrey. Esta semana, recién llegada. Un año y medio tarde, posiblemente. Bromeábamos cuando algún despistado me preguntaba qué tal seguía la vida en Niuyorc que lo que pasaba es que me faltó la fiesta de bienvenida así que el retorno nunca fue oficial. Y entre broma y broma, ya se sabe. Así que sépanlo. Volví a la sultana del norte. Aquí estoy, la semana entera, todo el día. Mi vida ha perdido su carácter de mientras, su estatus de pausa. Tramité el cambio de domicilio, la licencia nueva, la credencial del IMSS. Tengo los dos pies bien puestos aquí. Y la mirada en el cerro de la silla. Y el corazón en el pecho. El mío.

1.09.2008

narrativa

No, no me conviene lo que hiciste (en eso estamos de acuerdo). Mi vida no es un telenovela, y no habrá un Amy Episode. Este mal rato no me va a ganar ningún premio literario. No, no eres el malo de mi película. Hoy, un mes justo después de nuestra última noche, de los últimos besos en el subte, de las últimas fotos sonrientes en Brooklyn (tú también sonreías, tú también besabas, tú también te sumergiste en la noche ) te puedes dar por enterado. Esta no va a ser la historia que me marque. La narrativa que me determine. Lo que has hecho no me da propósito ni me justifica. Renuncio a escribir esta historia. Elijo darle vuelta a la página. Madurar. Aprender. The End.

Etiquetas: , ,

1.07.2008

Miss G

Hace un rato me llamó desde Dallas, su vuelo retrasado como suele suceder con AA. Miss Guatemala, que vuelve a New York. Tiene tiempo de sobra y me ofrece su hombro sin saber de qué se trata. Así es la amistad, aunque sea de larga distancia. Intuición. Cierro la puerta y respiro hondo. Ella sí tiene que saberlo. Me conoce bien, de antes y de después. Fue ella quien me llevó ahí la primera vez. Ella estuvo también ahí hasta el último swipe de la metrocard. Y en cada uno de mis peregrinares estuvo. Callada, hospitalaria, amable. Así que se lo debo. Contarle. Es la primera vez que lo digo así. Cierro los ojos y me la imagino sentada en alguna sala de espera, rodeada de viajantes impacientes. Elijo con cuidado las palabras. Me doy cuenta de que no sé cómo explicar. Entonces se echa a llorar. Ella. No yo. Yo quiero terminar de reportar, de explicar que estoy bien, que todo va a pasar. Pero me conmueven sus lágrimas distantes y aeropuertísticas. Me conmueve su llanto solidario. Entonces me pongo yo también a llorar por primera vez desde diciembre 29. Lloramos como si estuviéramos en Prince Street sentadas en mi sillón azul, con el abandono del que sabe que nadie lo mira. Lloramos una promesa, una ciudad y una noche de semáforos en rojo. Lloramos el angst y las millas y los planes. Lloramos a Latinoamérica y a Maztrich Bradshaw. Lloramos uptown. Lloramos, vos. Sí, lloramos y su cariño me libera, me quita un peso de encima. Después me dice cosas que sólo el amor puede inspirar. Gracias Miss G. No tengas pena, chula.

1.06.2008

weekend

?!

Anoche fui con ellos a una cantina y me dí cuenta que ninguno de los dos llevaba puesto su anillo.

Glup.

Etiquetas:

1.05.2008

singledom

Ayer recobré algo que no sabía que había perdido. La conciencia del cuerpo soltero. La conciencia soltera del cuerpo. Tenía una fiesta de cumpleaños en una casa. ¿Qué me pongo? No tengo idea. Me sorprendió mirar al cuerpo de otra forma. Es cierto que últimamente el cuerpo es distinto, aunque sea un poco. Se parece más a sí mismo. Tiene más costillas, muslos más mesurados, una cadera tranquila y reposada. Inclusive los brazos, un poquito, pero eso para el observador habitual sería tal vez exagerar. Había dejado de mirarme. Me pintaba en automático, así como de memoria. Me vestía profesionalmente. Utilitariamente. No, no es que me dejara de gustar nunca la ropa, ni que dejé de arreglarme nunca. Pero con otra actitud. Probarme una blusa, otra. Un brassiere, otro brassiere. Aretes tres, cuatro veces. ¿De verdad sólo tengo dos colores de lipstick? Una pulsera, otra pulsera. Zapato abierto, zapato cerrado. Mi yo nostálgico quiere quejarse, quiere decirme que reconsidere esto de la soltería, que agache la cabeza, que entre en razón. ¿Te das cuenta lo difícil que es?, parece decirme. Qué flojera, ¿no? No. Hay cosas que no deberían cambiar. Cosas que uno va dejando porque se apoltrona, se atonta, se aburguesa. We're going to have so much fun.

Etiquetas: ,

1.04.2008

coming of age

Ayer fue, me parece, la primera vez que me quedé sin gasolina. No estoy completamente segura. Hace doce años que manejo. Procuro tener siempre el combustible que mi cartera y mis afanes expedicionistas requieren. Ayer volví por fin. El auto se había quedado invernando en la cochera dos semanas. Fue difícil reconocerlo debajo del mugrero que habían hecho los pájaros en mi ausencia. Así que fuimos a lavarlo. Había fila. Se tardaron. El foquito encendió. Avanzamos, empezaron a secarlo. De pronto, el foquito otra vez. Me puse nerviosa. ¿Cuánto tenía cuando me fui? ¿Y si lo apago? ¿Pero no era que gasta más al prender de nuevo? El muchacho del trapo me indica que avance. As if on cue, mi corcel lanza un ruidito y muere. Aysh. A lo mejor si intento otra vez. Noup. El muchacho me mira. Levanto los hombros. No hay caso. No prende. Me avergüenzo porque, supongo, ahora vendrá el ejército de limpiacoches a empujar mi auto, ayudarme a ponerle gasolina, ganarse una propina. En lugar de eso mueven al resto de los autos que esperan su turno a otro carril y me dicen que tranquila, que no hay prisa. ¿No hay prisa para ayudarme? No, no hay prisa para que yo resuelva mi problema. El problema, obviamente es mío. Ah, pero que no panda el cúnico, somos derechohabientes de Rescatel Plus. Marco. No contestan. Vuelvo a marcar. Mi madre hasta ahora callaba. Mi madre que se vino a acompañarme unos días (lately todo mundo quiere acompañarme, estar conmigo) y que no había dicho nada hasta ahora sugiere, ¿y si mejor vas por gasolina? Gaspeo poquito. ¿Y se la pongo yo? Pues sí, ¿no? Este...Titubeo tres segundos pero desde donde estoy alcanzo a ver el anuncio de Pemex a dos cuadras. Tomo la cartera, el celular, valor. ¿Tú me esperas aquí? Asiente y no se mueve más. This is my show. Yo estoy a cargo. Respiro hondo, sumo la panza, cruzo la calle, la otra calle, la avenida. Disculpe, ¿me puede vender gasolina suelta porque me quedé tirada? Sí claro señito. ¿Tendrá una yoga (spanglish: bidón)? En Monterrey no saben, se me olvida. Un galón para ponerla. Nooo, pero ire, vaya aquí nomás al súper y cómprese una Big Cola pero de la bien bien grande y la vacía y aquí me la trae. ¿Y usted tendrá también una manguera y un embudo? Usté nomás tráigase la botella y aquí vemos. Compro el refresco. Le pido al empleado que lo vacíe. Me empieza a obedecer. La otra chica detrás del mostrador es más lista. Saca un par de vasos y rescata la que puede. Mientras el señor Pemex llena el bote de la Big Cola y empiezo a sudar. Recuerdo a mi papá alguna vez aspirando de una manguera, un embudo, el contratiempo es borroso en mi memoria. ¿Iré a poder? No hay embudo, pero me prestan el pico de una botella de aceite. Atravieso la calle y me hago cocowash. No debe ser tan complicado. Mi mamá me mira con la bolsa del súper y se imagina lo peor: que traje refresco y golosinas para esperar a Rescatel. Cree que hice trampa. Pero no. Me arremango un poquito el suéter, me quito la pulsera nueva. Los lavacoches intercambian risitas pero no se acercan. No importa. Abro el tanque, quito la tapa. Acomodo el embudo improvisado con la izquierda. Con el brazo derecho sostengo la botellota, que descansa en mi cadera. Mano izquierda, desenrosco tapa de bigcola. Es gasolina. Peligro. Nah. Glu, glu, glu, glu. A un lavacoche le remuerde la conciencia y me ofrece un embudo. Lo miro, sonrío dulcemente, gracias pero ya está. El liquidito rosa termina de salir. Busco un bote, tiro el recipiente. Enciendo el auto, funciona. Y me sentí así, pero con menos bronca que entonces. Me sentí perfecta. Serena. Successful. Soy grande. Crecí. Que se me ponche ahora una llanta, no le hace. Yo puedo.

1.03.2008

Para Juan

Cumpliste años y me diste un regalo. No se vale. ¿No te das cuenta que debe ser al revés? No. Eres generoso. Te despertaste el domingo, en la víspera de tu onomástico. Tomaste tu camioneta. Recorriste doscientos diecisiete kilómetros. Tocaste la puerta de casa de mis padres. Me encontraste recluida, sin pintar, mirando fijamente la pantalla. Tosiendo. Hacía días que estaba así. Yo no te lo había contado. Pero no necesitabas que te lo contara. Me abrazaste fuerte, en mi cama, ante la mirada atónita de mi mamá. Levántate, mujer. Nos congregamos en torno a unas aceitunas, queso. Yo no toqué nada. Agua mineral, sólamente. Todo me parecía raro, conspiratorial. Cuando por fin estuvimos a solas te pregunté qué pasaba, a qué se debía todo esto. Nada en especial. ¿Cómo supiste? No sé nada, pero me preocupas. Te preocupas por mí y vienes, a verme, a sacarme una sonrisa. A escucharme. Y luego cumples años y yo no sé qué regalarte. Gracias, de veras. Tú sabes cuánto te quiero.

1.02.2008

6.32AM

Es bien temprano. Está por amanecer. Mañana vuelvo al trabajo. Ya leí los titulares, una shortstory, compré dos suscripciones. Ya estrené la agenda nueva. Escribí un plan. Sonrío cuando pienso en la palabra plan. En dos horas podré ir al banco. Ayer tuve hambre otra vez. Suficiente para ir más allá de tres, cuatro bocados. No, deprimida no. Decepcionada tampoco es. Eso que siente uno ante la vulgaridad inesperada. ¿Cómo se llama? Eso que siente uno cuando va con muchas ganas al cine esperando ver una cosa y resulta otra. Poquita cosa. Así. Enterarme después. No. Tener la evidencia después. Involuntariamente, pero gracias, genuinamente. Hoy voy a ponerme el suéter naranja, las botas, unos jeans en los que no pensé volver a entrar nunca, qué maravilla. Haré la maleta otra vez, pero diferente. Distinta. Todo nos cambia, nos moldea, nos hace crecer.

Etiquetas: ,