11.28.2009

instant smile app

Technology fluff aside, the best feature in my iPhone, hands down, is the ability to display instantly the random words you write for me anywhere. And make my day.

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9.04.2009

Cursi y así

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8.20.2008

Washington Oriente

Cada uno, una reunión, martes a la tarde. Por casualidad, la suya cruzando la calle del edificio donde se celebraba la mía. Un textito, otro. ¿Será que nos podremos ver? La posibilidad.

En la pantallita, antes que terminara mi junta: "esto va pa'largo.te veo luego". Un suspiro.

Dos, tres, cuatro despedidas apresuradas. Pensar en comprar cigarros en el oxxo, hacer tiempo, para ver si.

La acera, el cielo, la noche que se cae despacito sobre los transeúntes.

Levantar la vista antes de doblar. Lentes y barba, del otro lado de la calle, sentados en un escalón. Sorpresa. Una escena urbana. Dos personas que se encuentran. Que se abrazan luego de que el taxi no lo atropella. Que se besan un poquito y se marchan, tomadas de la mano.

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8.12.2008

nuevas generaciones

Yo, desvelada: "So for today, we are having a pop quiz..."

Una niña, en la tercera fila: "YEIIII!!!!!!!". Luego aplaudió repetidamente.


Is it me, or everything just looks bright and shiny?




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8.05.2008

contradicción

El primer día de mi vida de mujer liberada, digna e independiente, me siento como una tonta adolescente.

No sé cómo contarlo.

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8.02.2008

Ü


Saturday looks like stars and rainbows.

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4.20.2008

cereza

Levanté este video del blog de la querida C, y fue la cereza en un delicioso sábado.

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4.17.2008

jeit

I fuckin hate my cursi little self. So much.

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3.31.2008

recuento

Hace una semana tengo 29. No festejé mucho ni poco, sólo lo necesario. Con la gente más querida, discretamente, a media luz y sin música estridente. En mi casa pastel y palabras lindas. Flores en abundancia. Las de Shamán fueron "para que luego no estés diciendo que nadie te regala flores y andes haciendo el oso en el blogs". Y un cuadernito para que siga escribiendo. Los esmitrramírez me dieron un certificado de regalo para un spa. R me llamó por la madrugada, la primera llamada de cumpleaños, directo desde el otro lado (el de allá). En latitudes subtropicales, el hombre de los lentes de marco rojo tomó un puñado de palabras y las acomodó como pocos podrían hacerlo. Las envolvió y les puso un título en negritas con mi nombre.

Cinco días después, todavía comiendo chocolatitos de cumpleaños y saboreando las flores y las palabras, asisto al regalo que me hice yo. Los boletos más caros disponibles para ver a Café Tacvba. La palabra adecuada es gozar. Brinqué y bailé y grité y canté y en una canción (o dos) estuve por llorar. Estar tan en la piel. Eso es. Tenerme a mí afuera, como una tortuga que ha perdido su concha. Sentirlo todo tanto. Las luces y la música y las palabras y la noche y la gente y mis ojos, tomándolo todo, capturándolo todo. Sonreír todavía ahora, porque sí.

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1.31.2008

sorpresa

Cuando salí de mi clase vespertina, sin comer y agotada, estaba esperándome. No en mi oficina. Afuera de mi salón. Me sorprendí un poco. Después, efusiva, Vineadecirte que me cambié de carrera por tí y que estoy súpersúper feliz. Por tu clase, por tí, estaba estudiando X y ahora voy a ser Y, ¡y mencanta! Después me abrazó, así, sin más aviso.

Dije su nombre medio titubeando, porque son tantos, y se van tan pronto y yo reseteo la memoria cuando termina el semestre. Pero no me equivoqué. Tiene un nombre de cuatro letras, como el mío verdadero. Un nombre fuerte, de mujer adulta. Un nombre serio. El pelo y los ojos muy oscuros, los ojos bien abiertos. Los ojos con una estrellita y todo. Una alumna que preguntaba sólo lo que hacía falta. Lo interesante. Lo importante. Una alumna callada y afanosa. Discreta. Inteligente. Con un cuerpo largo y breve que unos minutos más tarde me enteraría es el de una bailarina igual de seria y concentrada. Pero ahora brillaba. She glowed.

No tuve corazón ni ganas de decirle que moría de hambre. Me acompañó a mi oficina. Se sentó. Movía las manos como si en ellas hubiera castañuelas. Sus maestros, sus clases, las materias. Su incursión francesa en el verano. Sus planes de viajar a sudamérica. Y se saboreaba de decírmelo, y abría cada vez los ojos y me contagiaba. Una joven mujer enamorada de sus decisiones, del mundo, de todo eso que le espera. Y me sentí otra vez como ella. Y me sorprendí abriendo los ojos y poniendo signos de admiración yo también.


¿Cómo, cómo puede ocurrírseme que podría estar haciendo cosas más recompensantes?

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1.17.2008

cosecha

Esta tarde salí de la oficina a tiempo. Ocho horas en punto y eso que no ví el reloj hasta que tomé el celular para ponerlo en mi bolsa y marcharme. Cuando me echaba la bolsa al hombro y guardaba un artículo que quiero leer pensé soy feliz. Después me burlé. De mi conciencia feliz de mí. Che loca.

Pero no es así, ni locura ni negación ni nada de eso. Es cierto que pasé unos días pesados, tristes, nublados. Y es cierto también que afuera está nublado. Pero no. Aquí no. Me siento bien, tranquila. Del cuerpo, la mente, el ego. Cada vez me sale mejor mi trabajo. Mi trabajo, el que todavía conservo. Decir que siempre no, no me voy a ir y que me acepten y no me pregunten, y que además me bajen un poquito la carga sin decírmelo. Como una palmadita en la espalda pero con dignidad. Ayer, el inicio de lo que sigue y una epifanía vocacional. Lo disfruté de veras. Un orgasmito intelectual. El anuncio de una prueba superada. La responsabilidad de llenar unos zapatotes y la sospecha de que tal vez puedo.

Me veo al espejo y también me gusto. Los ojos, más grandes, más, no sé, ahí. La ropa que poquito a poco va aflojando. Los músculos que se empiezan a asomar. Los pequeños rituales de baño, crema, perfume, lipgloss. Disfrutar el ombligo que despite the frío se asoma cada vez más por encima de los pantalones que siguen en caída libre.

A mi alrededor empiezo a notar cosas que antes no veía, aprecio, interés, cariño. Aprovecho cualquier oportunidad de cafecitos, cine, comida, llamadas, regalos, notitas. Palabras. Elijo quedarme con las palabras edificantes. Las que digo pero también las que recibo.

Tengo 28 y siento que estoy cosechando. Que todo me lo merezco.

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12.20.2007

apple pie




Voilà el ensayo fotográfico del pie de manzana que hice ayer. Las fotos son de mi ermanuel.


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12.15.2007

feeding issues

A veces pienso que mi instinto maternal, que mi misión maternal en la vida va a limitarse a alimentar a los demás. No sería (del todo) malo.

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11.23.2007

gracias

Cosas que se sienten bien.

Llevar el auto a componer el día que una usa tacones. Ego boost instantáneo. Comer con una amiga largo rato, fumar. Que la amiga pague la cuenta. Una exalumna agradecida. Ducharse sin prisa.Recalentado, bachas de vino, charla en lugar de cine. Que el ex flatmate, long perdu, reaparezca y diga, se extraña tu cuisine. (Cuisine pictured left, circa Thanksgiving 2005). Una rosa. Una llamada just because desde el otro lado del atlántico. Tacos de camarón.

Gracias.

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6.02.2007

propósito

Él quiere que yo vea el Paraná, me maraville en San Ignacio, delire de goce culinario. Yo abro los ojos, escucho, toco, respiro. Tomo fotos que no requieren traer las baterías bien cargadas. Grabo las palabras de su gente. Él, cuatro años, acodado sobre la tarea de su hermano mayor aprendiendo precozmente a leer. Snap. El pelo largo a los diecinueve. Snap. Gorra basquetbolera comprada en Paraguay para excursión a Bariloche. Snap. Nostalgia materna por la juventud en otras latitudes. Snap. Cronología y causas de las mudanzas familiares, snap, snap, snap. Corazones partidos en cartitas de novias adolescentes. Snap. Arqueología de la pasión futbolera, era temprana. Snap. Reminiscencias de profesor de facultad. Snap, snap. Anécdotas varias contadas onda Roshomon. Snap. Snap. Snap. Proyección de barba y líneas de expresión basada en real-live model. Snap.

¿Cómo quiere que me ponga de turista?

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5.04.2007

valedictorian

Nunca me había sentido tan cerca a una generación. Del medio millar que estamos por mandar al mundo, el veinticinco porciento pasó por mis manos. Son buenas gentes, la mayor parte del tiempo. Ellos tampoco saben a dónde van. Tampoco saben que diez años después la cosa no cambia mucho pero sshh, no vaya ser que se quieran quedar otro ratito. A los de ayer no sé si hice bien. No les dije que sueñen ni que serán capaces de lo que quieran, ni que el futuro es suyo. Les dije que las cosas no siempre salen bien, que a veces los planes cambian, pero que se casen con lo que elijan y perseveren hasta que no se pueda más. ¿Y tu plan, Miss, salió? Mi plan, les digo y se quedan expectantes, ansiosos. Mi plan, suspiro y se me llenan los ojos de adioses. Me sorprendo. Hace diez años yo era ellos y no estaba ni cerquita de verme frente a un salón haciendo esto. Hace justo diez años yo también pensaba que cuatro hijos y con el novio de siempre y trabajar medio tiempo y cocinar a mediodía y tener ropa bonita y haber leído muchos libros y ganar dinero y una casa de estilo mexicano colonial. Sin el sueldo del pobrecito que antier dijo ¿como para los veintidos que me gradúe ya podré estar como ganando unos 120mil mensuales, no?, no era yo tan planeadora, pero algo así. ¿Cuántas veces les van a romper el corazón saliendo de aquí? ¿cuántos trabajos, cuántas entrevistas? ¿cuántas desveladas? ¿cuántos no van a llegar, un choque, cáncer, tragedia? ¿cuántos van a ser cantantes o escritores o bailarinas? ¿cuántos van a venderse, a conformarse? ¿quiénes? ¿cuáles? Los miro así de frágiles y tengo miedo de que se vayan. Quiero decirles, ojo, cuidado pero no cabe. Eso lo tienen que aprender solos.

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8.28.2006

días que

Hay días que uno se levanta a tiempo, alcanza a tomar cereal, el cuerpo se ve bien. Hay días que la sierra al poniente, recibiendo los primeros rayos mientras uno se dirige a trabajar. Días en que el funcionario argentino de la energía atómica en la BBC suena lindo, el isótopo dostreinticinco, naturalmente. Hay días que la fotocopiadora funciona, los alumnos hacen la tarea, se quedan calladitos, se acuerdan que el yidípí se compone de consumo, gasto de gobierno, inversión, etcétera. Hay días que las roturas óseas amanecen menos rotas y las pestañas más enchinadas. Hay días que una descubre qué buena jefa tiene una. Hay días que el café es rico y las distancias disminuyen. Hay días que no encuentra dos horas libres para ir a refugiarse con la B a una librería desierta y comer galletas de avena y alcanzar a volver a dirigir los trabajos de la comida y qué buena quedó la quesadilla.

Hay días que pintan bien.

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4.17.2006

me!

El otro día, en el subte, uno de tantos vendedores de chocolates. Nunca se sabe, a veces son para los uniformes de un equipo de basket, a veces para un viaje de estudios, un día, un francote de catorce años empieza su pregón anunciando que ladies and gentlement, truth is, I am raising money for myself, I won't give you no bs, I'm just trying to earn some decent money and I appreciate your business. Así pues, la tarde del jueves, algo decía el que se subió a aquel vagón del A, algo que mis oídos están entrenados a no escuchar y qué se yo. De pronto, del otro lado, una manita surca con determinación el aire, como si estuviera en el colegio. Me! y se quedaba derechito, esperando a que vinieran a darle un chocolate. La inocencia así, pura y llana, sentada en un asiento anaranjado de vagón de metro, con la manita levantada.

Hoy, cuando los cerezos en Washington Square Park, y el maravilloso fin de semana me quedo pensando, a lo mejor no me estoy dando cuenta. A lo mejor soy como ese niño que cree que los chocolates los regalan en el tren y sólo basta decir Me!, I want please. A lo mejor no tengo para pagar.

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3.29.2006

Susana Baca

(elementos indispensables de un recital de música étnica)

Una diva descalza. Una canción en otro idioma, por lo menos. Un vestido que sirva para ondularse y subirse y bajarse a voluntad. Joyas de jade o plata o coral. Una diva que se mueve como siestuviera dormida, o bajo el agua. Un political statement, por la miseria, por los autores desconocidos, por el tercer mundo. Un percusionista. Un atril, siempre hay un atril para la memoria de la diva.

(elementos enjanceadores del disfrute de un recital de música étnica)

Una mano qué tomar. Susurros de complicidad. Una cita memorable en el programa "....el arte, de donde quiera que sea, es arte....y superación humana". Una travesía to and from llena de besos. Entradas gratis "para la prensa". Curso Empanadas Argentinas 101 (incluye cena). Noche alrededor. Alrededorsísimo.

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3.28.2006

semáforos

Una hora, un puñado de cashes below Houston, nada qué hacer (ajá).

Un par de tontos sin dirección (metafórica, aunque también).

Las señales de tráfico las proporciona cortésmente the City of New York (Public Works or DOT, who cares).

El clima propicio para caminar y besarse en los semáforos en rojo. (Las reglas son simples)

Cuando uno se monta en una ola verde siempre es posible doblar la esquina y resolver el problema de la ausencia excesiva de rojos.



Nunca se vio a un par de latinoamericanos respetar tanto los semáforos (esto último lo dictó diciendo "Pero poné también que...", y sho lo escribí sólo por el gusto de escribir poné).

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