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A jorge (drecsler), le gustan las esdrújulas. A mí me gusta jorge (drecsler).

comida

Hace algunas horas que estoy leyendo el diario del domingo y al llegar al feature del steak frites en Paris siento hambre. Tengo ganas de unas papitas bien hechas y una carne ensangrentada. Tento ganas de la comida dominical de Vivianne. Había un lomo de cerdo relleno de ciruelas, con una salsa divina de pimienta. Había también la lasaña que cada día en el frigo sabía mejor. Estaban las tartas de chabacano, de manzana, de pera, el café fuerte, el plato de queso que dormía colgado de la puerta exterior de la ventana. No sé si tengo hambre y además ganas de cocinar. Ayer comimos en el Riex. Hace mucho que no iba, la memoria de mis sábados de soltera regioavecindada borrada temporalmente. Fuimos y pedimos el vino completo y la pasta y el brie al final. Y luego, el brie me transporta a las mañanas en niushorc, el bagel recién hecho y los pies descalzos sobre la silla que se asoma al cementerio de Old Saint Patrick's. Quién sabe cómo, quiero mejor un tlacoyo nolitense. De ahí donde se queja él que hay puro bluff y presunción. Y se me corta la inspiración sibarita. Pero tengo hambre.

sábado

Me desperté temprano, las uñas rojas sólo en los pies. Cómo batallé ayer y esta mañana para decidir y hoy, el cuerpo bien humectado, la falda se sentó seriamente sobre la rodilla, guiñando un poco en la abertura. La blusa de alforzas decimonónicas de tul beige abrazando el torso de una manera poco victoriana, aunque disimulara hasta el encaje del cuello. Los ojos en humo, como la falda y una flor de chifón sobre el pecho preferido. Un bautizo en sábado de lluvia. Llegar tarde, no alcanzar siquiera a persinarse atolondradamente. Entonces sé por qué he venido aunque tarde. Aquí descansa algo de mi abuela. Me dirjo en silencio a la puerta lateral. Está lloviendo, y las nubes me tapan los oídos. Excepto los tacones que hacen toc toc toc sobre las baldosas que me conducen. Respiro hondo. Todo está oscuro. Atravieso el área superior de las criptas. Toc toc toc. No son los zapatos, el taconeo lo llevo dentro. Encuentro el camino y uno, dos, tres se iluminan los escalones. El dedo se dirije al interruptor como si supiera desde antes. Una, dos, tres puertecitas que no se abren. Una puertecita con el nombre correcto y entonces. No sé a qué vine y de pronto las lágrimas. Iguales a las que me acompañan justo desde que escribí "entonces¨ hace justo una línea. Mi abuela que no está. ¿Dónde estás abuela? ¿por qué no me abres? ¿por qué no estás para que veas que ahora sí, con la boca bien pintada, y la blusa hermosa de tul y guipiur? ¿dónde te fuiste doña ene ahora que me falta un regazo, tu regazo, el regazo proverbial de la madre con mayúscula? ¿que me digas que no me importe nada, que los mande a todos a la tiznada? ¿por qué no te esperaste a que te cotnara esto? Pos qué chingados, dirías, y hasta ahí. No puedo saber más allá qué dirías. No hay dónde sentarme. En mi bolsa presumida no hay cosméticos que corrijan esta visita y todavía falta el desayuno, los regalitos, las flores.

frívola (pero antes)

Y no es que no sepa qué hacer. Lo que más bien no sé es cómo hacer lo que quiero sin ofender a nadie. Lo que no sé es cómo empezar a ser no la de allá ni la de aquí. No la de antes y la de ahora. No la de ellos y la mía. Eso que sé por dentro que debo ser. ¿Cómo hace uno para tomar las alas que nos han dado y marcharse sin parececer que uno desprecia el nido con todas sus comodidades y mimos? ¿Cómo hace uno para que no se le atrofie eso que a una la hace ser lo que uno es? Antes por lo menos era todo porque se trataba de mientras, de cuando, de hasta que. Ahora veo el momento, siento las ganas y sin embargo no consigo. Me quedo siempre a la mit

En musings más frívolos (y ya que el posteo está tan magro, más vale aprovechar no vaya a ser que), hoy fue un día importante.Por primera vez pagué la tenencia de un carro que tal vez un día terminará de ser mío y me sentí adulta. También, y esto es lo más frívolo, hoy compré por primera vez y adrede, una crema contra las arrugas.

laundry service

Había que lavar la ropa porque si no, el lunes, de vestido largo o traje de baño a dar clases. El fin de semana comoquiera. Aquí no son chinos los de lavandería, aquí son de Chihuahua. Una pareja bigotón y embarazada. Con una niña que hace magias "pero de mentiritas" con la varita más triste que he visto en mi vida. A veces me siento triste. No es por eso que no escribo. Antes estuve muy triste y parece que entonces era cuando mejor. Es algo más. Es esta noción de estar en un terreno negociado que no me deja ser.

red lipstick

Es realmente impresionante lo que un poquito (ok, dos capas) de lipstick rojo logran. Eso y el vestidito azul de alforzas en el pecho y botones forrados. La gente saluda, halaga, advierte. Algunas cuantas (envidiosas) miran y se quedan calladas. Con los que no parece funcionar mucho es con los alumnos. Ellos son mucho más listos. A ellos el lipstick no los engaña nada.

Marco Polo

Hace un año no lo hubiera creído. Me gustó China. No me gustó tanto la misión con la que iba, pero me sentí un poco como, como, no sé. Qué impresión los espacios, las multitudes, los mercados. Qué impresionantes los templos y las sabias sonrisas de los monjes. Qué alucinantes los edificios y el capitalismo que habita los mercados habitados a su vez por camisetas y chucherías de Mao que le darían pena a Mao. Al Shelman Mao, palece que dicen los chinos en su inglés apachulado. Caminar por un mercadito, comerse unos nudels, regatear un poco cualquier baratija. Mirar los duraznos y los cerezos y decidir que los retratos pintados a mano tantas veces vistos no son otra cosa que un espejito de cada jardín. Cada jardín que si es chino debe tener roca, plantas, agua y puente. Ahora lo entiendo a Marco Polo. Aunque seguro él no tuvo jetlag.

asia

Otra vez estoy en Asia. Que chido, me cae. El cuerpo por su parte, no piensa que es tan chido. Dice que le duele todo menos los ojos.

dental

Lo malo de tener muelas picadas ¡a esta edad!, es que los empastes los tengo que pagar sho. Debí ser mala niña y tener las caries cuando debía.