8.29.2006

sitcom pilot


Mi recámara, martes, diez de la noche. Un hermano lee con los audífonos puestos. Maztrich en la cama, blusa desforjada, lonja a medio salir, descalza, computadora sobre las piernas, proper jeirdu long long gone.

Entra T (en todos los sitcoms entra alguien) preguntando que si alguien perdió unos lentes.
Un hermano con los audífonos puestos voltea deseando que sirvan para reponer los suyos recién quebrados. Pierde interés cuando se da cuenta de que son de sol. Maztrich teclea sin mirar a uno u otro.

T: ¿Qué haces babe?
M: Un examen.
T: ¿Neta?
M: ...
T: Nunca pensé...¿neta? (se asoma a la pantalla)
Un hermano con los audífonos puestos: Sí, parece que así hacen los exámenes los maestros
T: Güeeeeyyyyy
Un hermano con los audífonos puestos: Y hasta les salen perros y todo.
T: Lo tomaré en cuenta la próxima vez que esté en un examen perro.


(commercial break)

Don Bastón

Esta mañana me levanté un poco más tarde que de costumbre. Coordinar bien los husos horarios y las llamadas trasnochadas, me propongo. El hermano requiere asistencia vial, desde el domingo que en la cascarita le rompieron los lentes, me explica que todo lo ve como arte pre-renacentista, sin perspectiva ni nada de nada. Cruzar Gonzalitos sin lentes a las 7.40 AM puede ser fatal. Tomo los lentes oscuros como si me taparan la pijama y mencamino. Veinticinco minutos más tarde, mientras pienso que cuán alto está ya el sol a esta hora y más me vale que me apure y pasadomañana pagan y espero que el escote de esta blusa se comporte, lo veo. Renguea, como yo estos días y por eso lo miro. Un hombre que cojea sorteando el tráfico, qué difícil, volteo al espejo y reacomodo el brillo labial con la lengua, de pasada, se ve pulcro y bien vestido. ¿Cuántos irán a reprobar este mes? Algo me obliga a volver sobre el hombre ahora inclinado sobre el auto de enfrente, un bochito negro que, ¿por qué le abre la puerta? Entonces lo veo de perfil y no lo creo, aunque no es tan imposible. Es él, no hay duda. Don Bastón Garza Treviño himself. Quiero bajarme del auto, abrazarlo, decirle, yo lo llevo. Que el del bocho desconfíe y no lo lleve porque yo, yo, yo. Contarle que soy otra, decirle mire, ¿vio?, no hace tanto, y sin embargo. Cambia la luz, termina de subirse y nos vamos. Nos vamos.

8.28.2006

días que

Hay días que uno se levanta a tiempo, alcanza a tomar cereal, el cuerpo se ve bien. Hay días que la sierra al poniente, recibiendo los primeros rayos mientras uno se dirige a trabajar. Días en que el funcionario argentino de la energía atómica en la BBC suena lindo, el isótopo dostreinticinco, naturalmente. Hay días que la fotocopiadora funciona, los alumnos hacen la tarea, se quedan calladitos, se acuerdan que el yidípí se compone de consumo, gasto de gobierno, inversión, etcétera. Hay días que las roturas óseas amanecen menos rotas y las pestañas más enchinadas. Hay días que una descubre qué buena jefa tiene una. Hay días que el café es rico y las distancias disminuyen. Hay días que no encuentra dos horas libres para ir a refugiarse con la B a una librería desierta y comer galletas de avena y alcanzar a volver a dirigir los trabajos de la comida y qué buena quedó la quesadilla.

Hay días que pintan bien.

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8.27.2006

terca

Hay gente que nadamás no se rinde.

Gente que no entiende, que se aferra.


Hay gente que al final de cuentas, sufre.

edad

Me llamó el sábado pasado, vive aquí junto desde hace dos años. Algunas veces es como la hermana menor que nunca tuve. ¿Nos puedes llevar porfas al (inserte nombre de antro cool aquí)? Es que no queremos llevar coche. Ya lo había escuchado. Desde que las multas por conducir en estado de ebriedad merodean los mil dólares, la gente acá opta por taxis, rides, lo que sea. La gente que de otra manera no se baja de sus autos se baja. Esa noche T y sus amigas iban de sábado en la noche: falditas breves, tanktops, labios brillantes y pestañas enfiestadas. Me puse al volante y de pronto, rumbo al centrito, yo también me hice novia de la noche. Me sumé a sus expectativas, tararée junto con el radio, voltée en Mississipi. Así eran mis noches antes de irme: poncha, chisquis, reini, todas en un auto trasnochado, fumando, cantando, deseando. Apostándole a la noche, colgadas de los celulares, confiadas de los poderes de la blusa más nueva. Dimos vuelta, la emoción, los rostros expectantes, las puertas se abren, los tacones descienden confiados. De pronto nos quedamos solos la radio y yo. Mis ojotas (arg. chanclas) y yo retomamos la avenida. Hace mucho que no me sentía tan vieja.

8.24.2006

vejación

Mis alumnos los más chiquitos hacen de todo. They keep me on my feet, aunque eso estos días sea medio difícil. El otro día tuve hasta el impulso casi incontrolable de aventarle un gis a uno del cual todavía no me aprendo el nombre, sólo porque de otra manera no me hubiera hecho el más mínimo caso. Lo cierto, sin embargo, es que hoy, cuando todo terminó, esta mañana luego de los cincuenta minutos más peligrosos y estresantes de mi día, uno de ellos se acercó en privado. Se ofreció a llevarme los libros. Sin que me diera mucha cuenta, empezó a interrogarme. Oiga y usted dónde vive, cuántos años tiene, maestra, usted es soltera o es casada, cuántos años tiene su novio y de no ser porque mi oficina está frente al salón, la gestapo juvenil hubiera seguido vejándome impunemente. Las muecas, los clicksclicks, los bancos desordenados, los proyectiles, la ignorancia repetida, el ruido ruido ruido, cualquier cosa es mejor que un alumnito que pregunta (esas cosas).

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8.23.2006

supuestos

Empezar de nuevo, qué pereza. Aunque, por otro lado, las posibilidades. Por ejemplo, de moverme de un grupito a otro, descubro:

Las casadas viejas, asumen que casada .
(el otro día, a propósito de no sé qué cosa, ni modo, le dices a tu esposo que te compre uno...).

Las casadas jóvenes me adivinan la soltería y se ufanan.
(el otro día, a propósito de la comida, a mí me daban el divorcio si me quedara como tú a comer todos los días)

Las solteras jóvenes me reclaman para ellas sindicalistamente.
(el otro día, luego de alguna quasi-confidencia, hay que hacer una salidita urgente, puras viejas solteras, qué triste situación)

Ellos son distintos. No preguntan pero observan y observan y observan.

Yo me callo y contesto lo menos posible. Me gusta así, sin tantas pistas.

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por un lado y por otro

Por una parte está chido esto del nuevo bloggerbeta. Por otro, el login sigue siendo medio difícil.

Por un lado, me dan ganas de postear todo lo que pasa en la escuela. Por el otro, me asalta de pronto una paranoia inexplicable.

En fin. Yawn.

8.19.2006

meses

Ayer hace cinco meses de esto. And yet, it feels like ages. Era invierno, todavía, con nieve y bufanda y todo. El mismo tiempo que tengo de postear con menos frecuencia. En parte porque el tiempo se me va en otras cosas, en parte porque odio la cursilería. ¿Dónde quedé? Una noche una va a una fiesta, toma una mano, retrocede en un pasillo oscuro. Un día una se sienta entre excancilleres y magistrados a tomar café, componer el mundo. Una mañana los cerezos por fin rompen en flor y uno va y se tira con un hombre bajo el arco del parque. Un mediodía uno toma la indignación y las pancartas y sale a la calle a protestar. Una madrugada llueve sobre besos en Alphabet City. Un día, un mes, una teclea desesperadamente, una duda, borra, pregunta, desvélase. Un viernes uno imprime, sonríe, camina dando brinquitos. Un día uno toma un avión, se arregla, baila, sonríe. Un día se marcha la amiga de la infancia. Otro día uno vuelve más que nunca a casa, uno entiende, que seas mi casa. Un día un almuerza y ríe y llora con la rubia y la colocha y uno se regocija. Un día uno despierta y mira y uno sabe. Un día uno vuelve de la playa a encontrar la muerte al teléfono. Uno empaca. Uno vuelve a volar, a encontrarse con el vacío. Después uno vuelve y uno sabe, ahora sí. Uno mira todo dos veces. Uno se detiene en la acera, uno se asoma por la ventana y mira el árbol una vez más. Uno intenta no contar. Un día uno sale de casa con la bolsa llena de libros. Uno devuelve. Uno planea y promete. Uno no cumple. Uno nunca dijo adiós. Una mañana suena el teléfono ajeno, un chofer anuncia. Uno se acicala, uno carga, arrastra, susurra. Uno cierra la puerta y la llave ya no está en el bolsillo.
Un día uno vuelve a volar. A uno le dicen que ha vuelto. Uno no vuelve nunca. Uno se marcha un día y nunca regresa el mismo. Volvió otra, volver a otros.


Y de repente, un día.

Uno deja de poder caminar a todas partes. Uno voltea y encuentra cerros en lugar de chryslerbuildings. Uno se despierta al alba, uno conduce. Uno se calza tacones altos, uno sonríe, asiente, obedece. Un día uno se vuelve a parar al frente, a levantar la voz. Uno de pronto debe tener las respuestas, saberlo todo. Uno escribe y escribe y escribe. Una desea. Uno espera.

8.15.2006

distancia

Hay días que parece que todo está muy cerca. Aquí nomás. El otro día necesitaba el disco de Coldplay. No estaba con los demás cidís. Entonces, de golpe recuerdo exactamente dónde está. Justo encima del estéreo plateado del cuarto del flasmeis. Lo grave no es eso. Sucede que en ningún momento me cae el veinte de que mi cuarto ya no queda al lado del del flasmeis. Que el flasmeis incluso ya no habita ese departamento y que, obviamente, el cidí ha quedado extraviado de manera permanente. Hay días que parece que justo esta mañana, cuando atravesaba Lafayette, o que, qué maravilla mi árbol en verano y al rato que vea a Miss G no se me olvide contarle. Hay días que parece que me acabara de bajar del subte.

8.14.2006

if you see something...


Afterhours, en la escuela. Me dirijo paso tortuga a una junta. Silencio por todas partes, son casi las cuatro. Entre un salón y otro advierto algo. Me detengo. Camino dos pasos más. Miro alrededor mío. Busco un guardia, alguien.


Tres mochilas sospechosamente abandonadas afuera de un salón.

Después, cuando me vuelve la cordura me alegro un poco. Todavía queda un cachito de NY en mí.

8.13.2006

milestones


Potosí ya ronronea.

Sigue raquítico y por más que come no crece, pero tiene los ojos azules y poco a poco se convierte en gato de verdad.

8.10.2006

docencia

Cosas que pasan en un salón de clases cuando los alumnos tienen entre 14 y 16 años y son 94% varones:

- Estalla una guerra de cilindros de papel para rotafolio que son rápidamente confiscados y expropiados para siempre por la autoridad temporalmente limitada de sus habilidades motrices.

- Se organiza subrepticiamente una sinfonía de clickclickclicks de bolígrafos.

- Manifestaciones de cortesía a causa de un estornudo degeneran en disturbios incontrolables (¡Un estornudo!)

- La autoridad se declara abierta y firmemente autocrática y dictatorial. Los derechos civiles son suspendidos indefinidamente. Un disidente en la primera fila susurra: Miss, I want to be your husband.

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8.07.2006

tres palabras, tres

Qué buen día, me cae.

(ok, cinco)

8.05.2006

East Coast love

Un programa de jazz en el radio. Ella Fitzgerald canta. Yo hum hum al volante. Escucho la letra. Su amor está en la costa Este y ella no. Lo extraña. Hum hum, está lloviendo. Yo también extraño. La situación es triste, pero, doy vuelta en J.I. Ramón, ella no. Busco una pluma mientras la lluvia y el estacionamiento y la música. Con la letra más legible que puedo, garrapateo: She's sad, but you don't feel sorry for her. En cualquier momento va a tomar sus maletas e irse. Así quiero ser yo.

¿Alguien conoce el título?

8.02.2006

propósito

Antier, después de 10 horas de intensa observación (léase curso masivo de capacitación), decidí que este semestre, por lo menos, voy a ser maestra de tacón alto.


Ayer, luego de un tropezón con la baldosa de una escalera tuve que enmendar el propósito y agregarle que también voy a ser maestra sumamente puntual.

Prohibido, prohibido deslucir.