Este sábado ha sido muy musical. Traigo a Portishead en la cabeza desde hace rato. I can't hold this day/ Anymore/Understand me/ Anymore

To tread this fantasy, openly/ What have I done

Ooh this uncertainty, is taking me over

I can't mould this stage/ Anymore/ Recognise me/ Anymore

I decided to change the name. "Finding my voice" was, ugh, what was I thinking?. It has more to do with going from being gray to full technicolor.

Today's song: Shiver (Coldplay).

Ya casi es hora. Ya casi nos vamos de vacaciones. Don Pablo y sus muchachas. Al caribe mexicano. A tomar, y a tomar el sol. A descansar. Me encanta la playa. Vamos a estar cómodos, a gusto. Nuestra pequeña familia de tres. Antes de que Mariana se vaya.

Acabo de descubrir un artículo en el NYT sobre los metrosexuals. Se lo mandé a Piri, sabía que le iba a encantar. Es todo él. Le quedó más que lo del yuppie bohemio y soñador... Cosmopiri universalizado.

Me quedé dormida en el yoga hoy. No sé durante cuánto tiempo. Nadamás así. Para cuando acordé, la respiración, los músculos, la mente... todo estaba ya funcionando tan bien, que me quedé dormida. Me hacía falta. Luego el yogui me dijo que tenía que "empezar a decir quién es usted", abrirse, "sacar eso que usted es". Por eso la postura. Porque tiendo a "enconcharme". Y yo pensaba nadamás que estaba jorobada.

Debo todo. Los próximos dos meses de mi sueldo. Enteritos. Y en otras cosas también. Pagué con tarjeta de crédito el sufrimiento que enterarme del rompimiento me causó. Me da miedo pensar que se acerca la fecha de pago. Que he estado viviendo cómodamente porque no he tenido que pagar. Las lágrimas desembolsadas no eran suficientes. Pero no quiero. Tengo la esperanza de que me saque el premio ese en que te condonan tu cuenta. O que alguien absorba mi deuda. ¿Y si no? Total, pago el mínimo.

Me choca el frío, estar encorvada a causa del frío. Y soy friolenta. Mucho.

Do I really want out? Outta where? I sometimes forget I was just looking thru the glass. Window shopping for love.

Hay veces - cada vez son más- en que sí quiero a alguien que me quiera con locura. Que babee de verme, de pensar en mí. Que no babee nadamás en la circunstancia obvia, en esa en donde eres perfecta. La del hecho. Quiero lecho

Fin de semana larguísimo. De muchas cosas. ¡De mucho trabajo! Ayer, en la oficina de 3 a 9. Era domingo. El sábado parecidón. El sábado me despejé comoquiera. Fran me convenció. Me dio mucha ternura al principio y fui..quince minutos. El primo de dieciséis queriendo hacerla de celestino...Cositaaas (Fran) .. Nada qué ver (el tipo)... eso lo escribiré después. Baste decir que me engañaron. Prometieron economista. Era contador. No no no no no. Qué cosa. "Bueno, pues te mando decir luego" (My jaw is still on the floor! The nerve!!!)

Luego, al cadaqués (graduación de médicos), enzo (fugacísima aparición que debió ser más larga), canica (la hora de las revelaciones). Poco alcohol. Poquísimo. La carestía es mucha.

No quiero ser revisionista, ni mucho menos. Me refiero al pasado en términos..¿cómo decirlo? Pues no sé. És más bien una cuestión de perspectiva y de distancia. De saber que algunas cosas ya pasaron, y que cada vez están más lejos. Pero que a pesar de ello sigo apreciándolas en su justa dimensión. Como fueron. Aunque, por otro lado, está también el otro asunto de lo que pasó vs. lo que queda. Que se relaciona con la tranquilidad, con las cosas de la sosegación y la apacificamiento. De no preocuparme por las cosas que pasaron, sino disfrutar lo que de ellas me queda. No en plan de propiedad, sino de aprendizaje, de construcción de mí.

Hay cosas que no cambian. Nunca. Aunque queramos. Aunque nos esforcemos por renegar de ellas, borrarlas, eliminarlas. No se van. Y no sólo eso, si no que siguen siendo siempre las mismas. Son las que están en el pasado. Las que ya pasaron. No hay forma. Hay otras cosas que sí pueden cambiarse, por lo menos mientras suceden. El futuro

Empiezo a tener pasado.

Había dicho que escribiría sobre los tenis. El otro día le platicaba a Ángela, que vino de Canadá, sobre esta teoría. Uno va a la tienda y quiere comprar los tenis que tiene en mente. Pero resulta que no hay, y vienen los problemas. Me dijo entonces: "Mira, en Nueva York [qué apropiado] hay una tienda Virgin inmensa que me encanta. Tiene miles de CD's, y cada que voy a esa ciudad la visito y me engento. Pero yo vivo en Monterrey, y aquí hay Music 'n More y Saharis. Y así es. Podría estar pidiendo por Internet los CDs, pero le quita el placer de ir, buscar, comprar. Además es más caro. De todas formas, en Virgin o Mixup, al final compras el mismo número de CD's". Se me hizo lógico. Yo andaba sin tenis, con tenis prestados y tenis viejitos. Pero me hacían falta unos nuevos. Porque sino, no se puede hacer ejercicio. Así que me compré los tenis. Y ¡sorpresa! Me quedaron muy bien. Cómodos, chidos, divertidos...

En catorce, diez. Definitivamente toda una hazaña.

La boda fue ya. Muchas cosas pueden decirse, y sin embargo son las obvias, las vulgarmente visibles. No, fue màs lo que yo sentì. Estar ahì, en la boda de e-l-l-a. Y pensar en todas las veces que anduvimos juntas en bicicleta, en patines, que comimos papitas y tomamos lipton. Mucha de la gente que estaba ahì me transportò a esos cientos y cientos de tardes que pasè en su casa. Las amigas de la jugada. Igualitas, pelirrojas, platicadoras, deliciosamente familiares. Las vecinas que nos vieron crecer, las amigas de las hermanas mayores: las que nos peinaban y llevaban a dar la vuelta. Las mismas cuyas conversaciones de muchachos, mùsica y ropa escuchàbamos como para aprender, como para imitar. No sè.