7.28.2009

glass ceiling

Ya llegué. Desde hoy soy Directora. En esta casa, parece ser, no les avisaron.

No hay cena preparada, ni pantunflas, ni un vasito con whisky en las rocas porque trabajé muy duro.

Pinche feminismo.

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hongos

Salgo de la oficina tarde. La escuela vacía. En unas semanas voy a extrañar esta calma y este silencio. El tráfico me ocupa. Pienso en las cuentas por pagar mientras conduzco y me pregunto cuánta gasolina gasta el auto con el aire acondicionado a full. Le bajo un poquito. Olvidé echar las havaianas. Con estos zapatos no quiero manejar. Se les echa a perder el tacón y son muy bonitos. Quiero llegar a casa pero no puedo. No hay casi nada de comer. Y ya estoy harta de recurrir a la latota de cashews que compré en la frontera. Voy al súper. Tomo una canasta. Sólo queso, jugo, tortillas. La última Esquire. La gente mira la canastita y juzga. Todavía traigo el traje y los tacones puestos. Son las nueve de la noche. Estoy cansada. Desde hoy, decía el comunicado institucional, fungiré. Suena como a hongos. En la fila para pagar pienso en la muerte. En cómo nos vamos muriendo. Unos más rápido que otros.

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7.25.2009

tosca

Ir a la ópera es como estar dentro de una película antigua. Se siente como ir en persona a una película antigua.

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date #3

Supongo que en esta era de redes sociales las citas totalmente a ciegas son una bestia en extinción. Los celestinos de ahora tienen a su disposición (o en su contra) una variada gama de recursos electrónicos. Facebook nadamás es la causa de que yo me niegue rotundamente a conocer a tres cuartas partes de la población masculina disponible. Después de todo, quién quiere tener nada qué ver con alguien que cada media hora abre otra galletita de la fortuna, se describe a sí mismo como maravilloso en la cama en una nota de su propia inspiración titulada "Veinticinco cosas que no sabes de mí", y piensa que cortar a sus exnovias de las fotos en las que sale más o menos decente es aceptable. Nadie. Una vez me lo dijo miss guatemala, "vos, si en la foto en facebook son feos, en persona son horribles". Pero nada detiene a un par de amigos con buenas intenciones y un día de febrero encontré un mensaje en el inbox en donde un querido amigo esposo de una más querida amiga se encargó de presentarnos virtualmente. No le importó que vivamos a muchos kilómetros de distancia, ni que él apenas conozca al individuo. Aparentemente si hablan inglés, a mí me van a gustar.

Así que nos mensajeamos de manera polite y listo. Hasta que sucedió que yo aterricé en la playa donde viven mis amigos celestinos bienintencionados y el foreign blind date (fbd) un día cualquiera de finales de junio. Y bueno, tenía que suceder. Quedamos de encontrarnos a mitad de mi estancia playera: Ni tan al principio que fuera a imaginarse que el viaje era sólo por él, ni tan al final para que si algo salía bien, no había que perder el tiempo. Total que fui en parte porque estar sola tanto tiempo en la playa, bajo el sol, a no le hace bien al cerebro, evidentemente. Y en parte porque la mejor manera de refrescarse del calor que hace en la playa, bajo el sol, es con cerveza y cocktails y todos sabemos que la cerveza y los cocktails no son buenos consejeros.

Quedamos en un lugar coqueto de la marina al atardecer. Escogí un vestido beige de día y flats, como diciendo: no es que me importe tanto. La primera sorpresa fue que era más guapo en persona que en las fotos. La segunda que recién se había tirado de un avión en Las Vegas, "sólo porque tenía miedo de hacerlo". La tercera que estuvo casado hace poco. Pero ya no, aclara. Entre la primera y la tercera tomamos vino, compartimos una ensalada, miramos caer la luz del sol y los pelícanos, compramos helados y caminamos despacio. Nos miramos. Pregunta cosas que no estaba preparada para contestar y me enoja darme cuenta de que me brillan los ojos y se me quiebra un poquito la voz. (tonta, tonta, tonta, pienso para adentro). Pero la suya no tiembla y me tranquiliza. Después es hora de irnos. No hay para un beso más que en la mejilla y un abrazo amistoso. Ahí queda más o menos todo.

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7.22.2009

Date #8

Lo malo de este chico, que tiene nombre de latifundista del siglo XIX (henceforth lsXIX) es que llega tarde. Es malo porque me da mucho tiempo para cambiar de opinión en cuanto al vestuario. Hoy por ejemplo llegó cuatro vestidos, dos pares de zapatos y tres collares diferentes tarde. Eso es muy tarde porque cuando abrí la puerta ya estaba decidida y pintada y con el bolso listo y no tuve que invitarlo a pasar, lo cual es bueno porque la casa hoy era un desastre. Lo bueno es que es dulce y atento y so far me cae bien. Claro que es militante del [inserte aquí el partido de su preferencia], va las juntas de vecinos de su colonia y que eso por alguna razón me da desconfianza. A pesar de ello -de su su espírituo cívico emprendedor ordenyprogresista-, en la cena posterior a la ópera mencionó palabras como globalización, burguesía y explotación. Ah. Si lo hubiera conocido antes. Pero no. Lo conocí hace un mes y cachito, cuando ya había aprendido a abrir mucho los ojos y levantar la ceja y darle otro trago a la copa de vino y sonreír.

La cita en sí fue un poco un universo paralelo: llegó con saco a recogerme, elogió mi vestido celeste y me abrió la puerta del auto (nota mental: cuando lleguemos al destino, por más estúpido que parezca, espera mientras trabajosamente da la vuelta y te vuelve a abrir la puerta, no vaya a ser que se haga ideas). En el camino me contó sobre su trabajo, empleando palabras como factoraje y bursatilizar. Cuando llegamos había fotógrafos y vendedores de chicles. Pasamos junto a ellos sin hacerles mucho caso. Teníamos buenos asientos: no tan enfrente como para torcerse uno el cuello, ni tan atrás como para estar cerca de donde, lo ví después, estaba 13fic (ver date #7). Cuando nos acomodamos saludamos a un grupo de adultos conocidos de él que estaban sospechosamente ubicados justo detrás nuestro. Las señoras me saludaron efusivamente y me miraron de arriba abajo.

Disfruté mucho la música y disfruté todavía más que lo pasamos en silencio, salvo en los intermedios. Volví a casa muy después de la media noche, luego de una cena coquetona con vino y comida italiana.

Nickname: lsxix
Review: lo he visto ya cuatro veces, no veo todavía por qué parar. compañía agradable pero medio onda superficial autocensurada.

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7.21.2009

Date #7

Hace unos días me mandó un mail de la nada. No es un decir. En el campo del subject decía, se los juro por michael jackson, "mail de la nada". Decía que por un click u otro llegó a mi perfil en FB y que le llamó la atención. Y que pues ojalá no tuviera compromiso porque le gustaría MUCHO (no emphasis added, mayúscula en el original) invitarme a comer y la la la. Los mensajes fueron y vinieron así como los clicks exploratorios (You and __ have 13 friends in common, incluyendo un exnovio o dos, pero a estas alturas ya no me sorprende, qué pequeñas son las redes sociales, Dios). Así que bueno. Comimos en un restaurancito nondescript con aires pretenciosos un día de entre semana. Estaba leyendo una guía de viaje cuando llegué y ya había pedido la entrada. Si tuviera twitter (y si tiene que no lo enseñe), su Bio diría: Enterpreneur, trotamundos y tendría dos o tres signos de exclamación y una foto cotorra. Elegí atuendo monocromático en diferentes tonos de azul. Falda. Hablamos y comimos durante exactamente 65 minutos. El mensajito del follow-up decía que se quedó "picado" y que ojalá charláramos otra vez. Se tardó 50 minutos en declarar que le daría miedo ser mi alumno. Etcétera.

Review: Lo vamos a poner por lo pronto en la bandeja de "will see him again" por lo pronto.
Nickname: 13 friends in common, o bien 13fic.

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7.17.2009

that (and the city)

Algo cambió de un tiempo para acá. No sé si sea mi actitud de flojita y cooperando, no sé si las vacaciones, los treinta, la ropa nueva, el ascenso en el trabajo. Pero de pronto, no tengo una cita sino dos el mismo día. Chicos locales conocidos de conocidos que por una cosa u otra me contactaron en alguna red social u otra.

Así que me pongo guapa, me miro al espejo, contesto el celular o el inbox y voy. O vienen por mí. Son el tipo de chicos que vienen por tí. Que te llaman, se ponen de pie cuando regresas del tocador, pagan la cuenta todas las veces. Galantes.

Y yo sin embargo asisto a este maratón de citas con un afán más bien antropológico. Voy pero no voy. Es decir. Voy pero hago notitas mentales todo el tiempo. Río y coqueteo y asiento y converso como si me importara. A eso le decimos conversación superficial autocensurada ¿verdad?. Todavía no sé bien qué estoy buscando. Tal vez nada. Tal vez sólo llenar las tardes y las noches y demostrarle a todos que me importa, que le estoy echando ganas, que no es que no quiera, pero miren esto. El caso es que van, en lo que llevo de este verano, digamos desde el mayo, junio por ahí, ocho dates con cinco individuos diferentes. Aunque al final, todos se parezcan y glup, la mayoría se conozcan pero no lo sepan (que salgo con ellos, no que se conozcan). Así que si ya le dije que sí al trabajo serio y formal por qué no, digo yo, hacer una cosa tontita como llevar la cuenta aquí de esos cinco y los que se acumulen.

La actitud acá es tal vez un poco como dicen las infinitamente sabias inflight magazines, It's Just Lunch!, pero sin el peinado de las chicas del anuncio y con menos bríos que el signo de admiración de esa versión.

En todo caso, este blog será secuestrado unos días (o semanas) por una #solterainsoportable que tal vez en unos días (o semanas) dejará de ser o soltera o insoportable. Capaz.

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bebé y delorean

Anoche, mientras le robaban a mi mamá su camioneta, soñé que yo tenía un bebé. Un bebé de piel suave y olor a leche. No me gusta la leche, pero me gustaba el olor de el bebé, de mi bebé. Y dale con el cliché sicoanalítico del reloj biológico. Pero no, porque más adelante en el sueño, después de que me había ido desfachatadamente a un congreso académico en Nueva York con el bebé metido en un cangurito, era otra vez sólo yo. Y el Delorean de VC, que me regaña cada que puede. Que me estira la conciencia y me hace que le enumere mis prioridades y después dictamina, categórico, que sólo en inciso tal importa. Que hay que sacar la ambición y ponerse a escribir. Estaba VC con su Delorean y su espalda grande y los hombros macizos y el auto que venía del futuro. O tal vez haya sido del pasado. No lo sé. Pero hablábamos con urgencia en el patio central de una casa antigua, lleno de macetas de geranios alrededor de unas mecedoras despintadas, muy realmaravilloso todo, a excepción del Delorean, que es más bien popcienciaficcioso. Después vino mi mamá, en la víspera de su cumpleaños a decirme al oído que mientras yo tenía un hijo y planeaba un viaje en el Delorean le habían robado su camioneta.

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7.09.2009

callados los dedos

Cosas que pienso cuando creo que el blog no me está viendo.

Algunas veces, el blog se descuida -últimamente, eso le pasa mucho- y yo me le voy por ahí. Salgo a la calle y desconecto la computadora y olvido el iPhone y me sordeo del moleskine (qué terrible suena esa enumeración de cachivaches burgueses de escritura) y ando en la lela. Decidiendo que no hay forma de escribir cáncer sin tener que deletrear la muerte y teniendo miedo de poner eso en algún lugar. Torpe en en el consuelo y la solidaridad, egoísta en las preocupaciones. Cuando el blog no me mira, garrapateo alternativas a los pasos que doy para hacerlos más felices, más sofisticados, más atinados. El subconsciente/inconsciente/whateversciente me traiciona y sueño cosas con tramas elaboradas y complejas. También hago screenplays del desenlace que quisiera para, me atrevo sólo a pensarlo, "nosotros". Voy y vengo. Hago maleta y deshago maleta. Cuento chistes. Pago cuentas. Abro un cuadernito y saco la pluma buena y termino haciéndome güey, apuntando el dinero que gasté y no tengo. Compro un vestido, dos blusas, seis platitos, otros zapatos. Olvido que viene el cumpleños de mi mamá. Pospongo la preparación de las clases que se vienen. Te escribo un mail, lo borro, te envío mejor un link inofensivo pero significativo. Deseando decir algo cada vez que me ahorro dos, tres párrafos. Como si alguien pudiera leerme la mente. Aterrada de que alguien lo hiciera de verdad. Hago listitas y listotas. De pendientes y de deseos. Tuiteo como si fuera en serio. Y luego, después, mejor me callo los dedos.

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7.03.2009

opening phrase


sra. maztrich: a ver, léele aquí cuántos minutos hay que poner las palomitas porque no traigo lentes y no veo

maztrich: acércalas más, yo tampoco leo, creo que voy a empezar a necesitar lentes

sra. maztrich: ay, ni lo mande Dios

maztrich: Dios no lo manda, pero el cuerpo se acaba

[silencio de risa sofocada]

maztrich: ¿de qué teríes?

sra maztrich: jiji, no me río, pero apúntale apúntale, con esa frase vamos a ir a recoger algún galardón

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