6.30.2012

storyboard

A veces despertar es como la primera escena de una película. Está todo negro pero se escucha un pájaro y ese palpitar del asfalto cuando está quieto y los autos que tiene encima no se están moviendo. Después un primer plano de un edredón verde, un ángulo extraño de un pie, sólo un pie. Luego negro otra vez. A lo lejos  el ruido que hace un pedazo de tela que ondea. Tal vez una bandera. Tal vez la ropa colgada en el tendedero. Un plano mediano: una sábana iluminada por la ventana. La ventana que esconde el pájaro, la tela que ondea, el asfalto que palpita. Una ventana sucia. Un primer plano de un brazo. Un brazo que duele pero que no se nota porque no está acompañado de un rostro. El rostro y el cuerpo adolorido son la misma cosa. No hay otro punto de vista.  La campanilla del ascensor hace ding a lo lejos, como una canica que cae y no rebota. A veces despertar es como la película más privada que se ha hecho jamás.