Re:
Estoy escribiendo medio a oscuras. Así como seguramente lo está haciendo la mitad de la ciudad esa donde vives. Personalmente no conozco a tu almohada y no tengo idea de sus intenciones ni de cómo le caigo. Hasta donde yo sé, en este instante podría estar la malvada diciéndote cosas feas y desalentadoras. ¡NO LE HAGAS CASO!! Si el caso es el contrario y resulta que tienes un encanto por almohada,¡ESCUCHA LO QUE TE DICE, POR FAVOR!. Hoy todo el día, por ese afán de ser palabra, he andado torpísima. En parte, la culpa la tiene la tecnología, porque nos disfraza y nos engaña. Porque por aquí no puedes ver los trazos temblorosos y taquicárdicos de mis palabras anteriores. Sólo has visto incomprensión, crítica. Mientras conducía bajo la lluvia esta noche, yo también lo ví y me enfadó. Porque lo que hay de este lado de ese cablecito azul tan frágil (nos hemos dado cuenta últimamente) definitivamente no son palabras nadamás. ¿Cómo entonces explicar la frustración, la espera, el enojo contra las máquinas que se tardan, descomponen, fallan? “Vox audita perit; litera scripta manet". La palabra escrita permanece. Aunque sea en el ciberespacio. Precisamente porque es en el ciberespacio. Creo que ha de tener algo que ver con las ondas, las microondas y la electricidad. Es muchísima energía la que cargan estas palabras (me estoy poniendo epsotérica-niu eich y no me está gustando). De este lado del cable, habemos dos, estoy una, se encuentra media. Definitivamente delicioso. Todo todo. ¿Qué hay de aquel lado del cable?
Te equivocas. Me doy cuenta perfecto del vacío. Del estúpido y horrible vacío. Me doy cuenta como si estuviera viéndome en un espejo. Como de pronto sorprenderme contestando preguntas que pensé que no había oído. Pero que se escuchan ahí en donde hay silencio, vacío. Aquí y allá, donde hay vacíos. Me gusta llenarlos de estas palabras. De las tuyas, pero de las mías porque tengo miedo de que sin unas no existan las otras. Y entonces otra vez vacíos. Y otra vez buscando.
Buscaba una opinion, una reaccion, una respuesta, una burla o una recriminacion.
Fue tonto darte una opinión, no la necesitabas. Ni admiración, ni halagos ni nada. Una muchacha atolondrada vestida de mujer confiada fingiendo ser una crítica pedante. Discúlpala, la pobre se pone así cuando le dan las cosas de la emoción. No hay más que eso. Una terrible necesidad de corresponder, de estar a la altura.
La reacción, la reacción...¿por qué carajos no podemos teclear palabras temblorosas que delaten la reacción? ¿por qué no puedo como tú lograrlo, transmitir eso, escribir sobre coros de pelo cantarines que inspiren a cantar al unísono a los coros de pelo de quien lee? Me habría gustado simplemente dar una respuesta, pero no supe entender la pregunta. Me parece, más bien, que me dio miedo pensar que no había entendido la pregunta. En eso nos parecemos. Nos gusta contestar bien, con ganas, sin titubeos. Burlas o recriminaciones? Ni aunque fuera pura ficción.
Tal vez es un error escribir tan cansada, prolongar la torpeza verbal. Ya no puedo. En 5 horas habré de abrir los ojos sabedora de que no he terminado todavía de cerrarlos. Apagaré el despertador, me quedaré otro rato pensando, deseando. Me ducharé como en los días esos de otoño en la primaria cuando que la luz del baño era justamente así. No hay otra luz que la describa. Esa luz matutina artifical que ilumina a los desmañanados que tienen un examen más tarde. Batallaré preciosos minutos con mi terca indecisión y lograré convencerla de que me ponga el suéter de hilo khaki con los jeans oscuros de pespuntes color suéter de hilo khaki. Las botas altas, el cabello suelto. Tomaré las llaves y los libros y la bolsa y la botella de agua. Miraré otra vez este escritorio y el resto de la habitación. Pensaré que se me estaba olvidando algo, pero sólo hay penumbras. En unos momentos más, cuando yo ya no esté sentada aquí, habrá salido el sol y tú estarás terminando de leer estas líneas.