11.17.2003

Este fin de semana se quería de cosas productivas y serias. Fue en realidad, al menos en su última mitad, de hacer cosas de niñas. Me imagino que me hacía falta. Ayer por la tarde vino Claudia por mí cerca de mediodía. Nos fuimos al Oriental nuevo a comer. Platicamos de las últimas bodas, repasamos vestidos, actitudes, conocidos mutuos. Sentadas en la terraza comiendo dumplings de surimi con chipotle. Si los chinos se enteraran...Viendo a un niño hacer un berrinche horrible y escuchando a una pareja de cincuentones muy sospechosa hablar de cosas extrañas. Un él que se veía más joven, muy con actitudes mundanas, una ella más acabadona, evidentemente no su pareja, que a regañadientes también se tomó una cerveza. Empezó a llover. Nos metimos. Pedimos un café que resultó estar buenísimo. Se nos hizo de tarde. Nos fuimos a Valle Oriente a ver escaparates. Me probé algunas cosas, al final sólo me quedé con una blusa blanca blanca hombros ligeramente descubiertos, manga tres cuartos, ajustada. No precisamente cuello bateau. Compré un regalo. Me abstuve de fumar, sin mucho esfuerzo. Nos fuimos a casa de Clau. Me enseñó unas pinturitas que compró. Discutimos científicamente los últimos artículos de la Cosmopolitan más nueva. Los contrastamos con nuestro conocimiento de mundo. Definitivamente nos falta un poco para ser Cosmo. Ya no me acuerdo cuándo decidimos que queríamos ser Cosmo. Bueno. Me planché el pelo (eso de arreglarse en compañía ya no me acordaba cómo era). Nos fuimos a mi casa. Escribí un poco, tenía una deuda pendiente.Claudia se durmió mientras mi hermano leía Cien años de Soledad. Nos fuimos a los eventos del Reni-Fest. Nos perdimos verdaderamente poco, considerando que yo era la única que había visto el croquis (una sóla vez), y que sólo nos equivocamos en una calle. La fiesta normal. Tampoco fumé. Tuvimos hambre. Atravesamos la ciudad para ir por unos Gyros. Me comí además un taco especial. Reflexionamos sobre nuestra edad y lo que ello implica en los contextos de trasnochados. Estamos envejeciendo. Bien cabrón. Qué feo. Llegamos, socializamos con Marcelo y nos dormimos. Nos despertamos a la una. ...Ahí vengo