11.21.2003

Prometí pintarme las uñitas y medio me dejaron en paz... Me gusta que se preocupe por mí, pero me gustaría que no se preocupara por mí. Hoy me sentí como cuando tenía doce años y nos íbamos al mall. Yo llevaba mi último ejemplar de The Baby Sitters Club y me sentaba en las esquinas de las tiendas mientras mi mamá veía y escogía. Luego me tocaba probarme. Y entonces empezaba la batalla. No necesito ropa. Sí, eso que traes está horrible. No puedes andar chancluda. Bueno, está bien, ese cómpralo. Pero no te lo has probado, prieta. Sí me queda, es de mi talla. A ver, ándale, suelta el libro, el libro no se va. Ok. Ok. Ves? Sí me queda. Prietaaaaa, quítate la ropa que traes abajo, así no sé si te queda. Pero sí me queda, mira, ves? Sin la de abajo me va a quedar perfecto. Contigo no se puede. Así por el estilo hoy. En fin. Brenda me ha dicho que quiere ser palabra, que la haga palabra. Necesito pensar bien cómo. Ella es muchas palabras. Es mamá y esposa y amiga y sobretodo cómplice y consejera y...Cuando piensa en ella, pienso en fuerte y poderosa. Antes de que le dijeran Pagüer Pof. La que me ha salvado y tapado y rescatado en los momentos más críticos. La que me ha dicho, ve y aviéntate y no pasa nada. La que me dio un pagüer jog una tarde de mayo y me dijo: Ve y pelea. No vayas a llorar allá. Llora aquí todo lo que quieras y luego arréglate y ponte guapísima y pon las cartas sobre la mesa. La que dice siempre: Inténtalo, dalo todo, no te detengas. ¿Eso es lo que quieres? Òrale. Pero también es la primera en decir. Ya basta. Ya lo intentaste y no se pudo....Ingezu. La que siempre me recuerda de todas las lunas que quedan por probar. Cómo la quiero, me cae. Como la admiro. Pero bueno, hoy no la pude hacer palabra. Porque es tanto más. Porque si la hago palabra peligro y se queda atorada en la pantalla y luego, qué hacemos todos los que dependemos de ella?