7.09.2009

callados los dedos

Cosas que pienso cuando creo que el blog no me está viendo.

Algunas veces, el blog se descuida -últimamente, eso le pasa mucho- y yo me le voy por ahí. Salgo a la calle y desconecto la computadora y olvido el iPhone y me sordeo del moleskine (qué terrible suena esa enumeración de cachivaches burgueses de escritura) y ando en la lela. Decidiendo que no hay forma de escribir cáncer sin tener que deletrear la muerte y teniendo miedo de poner eso en algún lugar. Torpe en en el consuelo y la solidaridad, egoísta en las preocupaciones. Cuando el blog no me mira, garrapateo alternativas a los pasos que doy para hacerlos más felices, más sofisticados, más atinados. El subconsciente/inconsciente/whateversciente me traiciona y sueño cosas con tramas elaboradas y complejas. También hago screenplays del desenlace que quisiera para, me atrevo sólo a pensarlo, "nosotros". Voy y vengo. Hago maleta y deshago maleta. Cuento chistes. Pago cuentas. Abro un cuadernito y saco la pluma buena y termino haciéndome güey, apuntando el dinero que gasté y no tengo. Compro un vestido, dos blusas, seis platitos, otros zapatos. Olvido que viene el cumpleños de mi mamá. Pospongo la preparación de las clases que se vienen. Te escribo un mail, lo borro, te envío mejor un link inofensivo pero significativo. Deseando decir algo cada vez que me ahorro dos, tres párrafos. Como si alguien pudiera leerme la mente. Aterrada de que alguien lo hiciera de verdad. Hago listitas y listotas. De pendientes y de deseos. Tuiteo como si fuera en serio. Y luego, después, mejor me callo los dedos.

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1 Comments:

Blogger J. Cohen ha dicho...

Increíble. Callarse los dedos.
Eres buena, ¿eh?
Gracias...

6:44 p.m.  

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