7.28.2009

hongos

Salgo de la oficina tarde. La escuela vacía. En unas semanas voy a extrañar esta calma y este silencio. El tráfico me ocupa. Pienso en las cuentas por pagar mientras conduzco y me pregunto cuánta gasolina gasta el auto con el aire acondicionado a full. Le bajo un poquito. Olvidé echar las havaianas. Con estos zapatos no quiero manejar. Se les echa a perder el tacón y son muy bonitos. Quiero llegar a casa pero no puedo. No hay casi nada de comer. Y ya estoy harta de recurrir a la latota de cashews que compré en la frontera. Voy al súper. Tomo una canasta. Sólo queso, jugo, tortillas. La última Esquire. La gente mira la canastita y juzga. Todavía traigo el traje y los tacones puestos. Son las nueve de la noche. Estoy cansada. Desde hoy, decía el comunicado institucional, fungiré. Suena como a hongos. En la fila para pagar pienso en la muerte. En cómo nos vamos muriendo. Unos más rápido que otros.

Etiquetas: