9.23.2004

Entristecida

De repente lo miro medio perplejo, de repente se le mira como que ya lo sabía. "Pensé que a las mujeres de ahora ya no les daba eso. Pensé que eso ya no las enfermaba. Que por eso ya no sufrían". Los dos sonreímos. ¿Verdad que eso no te lo enseñaron en los textos ni en los yurnals ni en las clínicas? Esas mujeres guapísimas (tú dijiste guapísimas, conste), súper listas, súper exitosas que "les da el desamor". Te disculpaste por sacar el tema sin que fuera necesario (que te disculparas, no que sacaras el tema). Con mucho tacto lo abordaste. Con mucho tacto me enseñaste que no hay nada de malo en mi cuerpo. Nadamás estás entristecida, dijiste. Te lo agradezco. Porque el nadamás era sincero, no como otros. Sí, todavía sufrimos por eso. Y lo peor es que nos enfermamos de verdad. Yo y mi cuerpo nos entendemos bien. Y siempre he pensado que aunque Cuerpo y yo nos entendamos de veras, yo mando. Pero parece que no siempre. Parece que a veces hace lo que se le da la gana y me tiene aquí imaginándome cosas horribles. Porque si yo mando y no hace caso, es porque de seguro está descompuesto. No porque yo me sienta mal. No porque yo tenga deseos de tirarme a la desgracia (a veces me canso de darle vueltas a lo mismo). Híjola. Esto no me está gustando. No me está gustando que todo se resuelva con un heartache. Porque contra eso no puedo. Al cuerpo le puedo dar medicinas y ya. Y justamente eso estaba buscando. Que me dijeras: Tienes esta cosa horrible que te hace que te sientas mal. Y entonces, claro, viene el tratamiento. Problemas adaptativos vs. problemas técnicos. No es un problema técnico. No hay receta. Nadamás ser paciente. Está bien lo que estás haciendo, me dices. Yoga, taller, películas, dejar de fumar...Perfectísimo. Nadamás agrégale tiempo y vas a ver que vas a estar bien. Y si no, si no...entonces ya vemos qué hacemos.

Gracias por entender. Gracias por decirme entristecida. Gracias porque tú sí sabías de lo que estábamos hablando cuando dijiste "¿estás bien? ¿cómo te has sentido?". Gracias porque me pareció que me habías estado esperando. Gracias porque pude decirte que aunque ya no soy de esa familia, quiero que sigas siendo mi doctor. Gracias porque aceptaste.

Etiquetas: , ,