8.24.2004

Caída libre

Es muy difícil ver a un amigo caer. No es envidia de verlo - a él sí- enamorado. No es amargura de saberlo - a él también- ilusionado. Es nadamás el vértigo que siento de verlo tan arriba, tan sin red protectora. Me voy a callar, aunque no es lo que normalmente algo. No sé si tengo la autoridad moral para decir: "No lo hagas, te vas a caer". No sé si tengo las cualificaciones adecuadas para aconsejar. Yo, la intrépida. Yo la corazón de condominio (ahí no estoy de acuerdo pero eso dice él), la que se avienta, la que da, la que se da en la madre una y otra vez. No es por gusto corazón, tú sabes que no es deporte extremo. Es ingenuidad de verdad. Es porque he pensado que sí era. Igual piensas tú, me dices. "Ella es". Ya no voy a discutir contigo. Ya no voy a hacert señas desde acá abajo, desesperada. Ya no voy a quedarme sin voz gritándote que por favor te bajes.
Acá te espero con el árnica y el curita.

1 Comments:

Blogger Roberto ha dicho...

El amor en estos dias es en si un deporte extremo, y nosotros somos deportistas de alto rendimiento, y buscamos y buscamos... no hay nada de malo en atreverse, en intentarlo una y otra vez. Aunque las caidas sean tan grandes, que caso tiene vivir sin esas emociones. La red protectora eres tu.

12:02 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home