8.23.2004

Medicina alternativa.

Incapaz de conseguirme un método de olvidación como el de Eternal Sunshine of a Spotless Mind, recurro a métodos diferentes. Desencantada ante la inexistencia de una empresa como esta, me tiro a los brazos de la medicina alternativa. Para ya no recordar ni pensar ni nada. Así que rompo simbólicamente las cartas (es un decir, pero finjo que lo hago mientras presiono Delete), apachurro los discos bajo las llantas de mi auto, regalo el resto. Les pido a los demás que no te mencionen. Este sea tal vez el acto más público que haré: Interrumpiré conversaciones para decir, "No quiero saber". Insistiré cuando traten de contar sustituyendo tu nombre por gestos absurdos, mirando fija, intensamente: "De verdad". Y entonces, confundidos se quedarán callados dos, tres segundos sin saber qué hacer. Alguno me ha preguntado "...¿tanto así?" No fue necesario contestarle. Ok. Hierbas, chochos, yoga. Negación total. Piensan que no es tan sano, pero nadie dice nada porque al menos ya los he dejado en paz. Lo aceptan porque así no tienen que escucharme againandagainandagain con lo mismo. No importa. Mientras no exista me sirve. Mientras me mantenga alejada de eso, me vale.