8.21.2004

Disco 2000

Estoy cansada. Es viernes y debería de estar durmiendo. Pero quiero salir. Hace mucho que no quería salir. Me baño. Me pongo mousse. Vamos a ver si puedo tener el pelo chino. Tocan la puerta. Mi prima. Tiene dieciocho años. Hace una semana empezó la universidad. Hace una semana empezó a vivir sola. Oye, ¿me prestas rímmel y lipgloss porque los míos están en casa de una amiga? Claro, pásale. Oye Liz (por alguna razón es la única persona que conozco que puede decirme Liz impunemente), ¿sabes dónde queda el Café Iguana? Sí, ¿por? Es que quiero ir con unos amigos, pero no sé cómo llegar. ¿Vas a manejar tú? Veo la hora. Son las once. La veo a ella, toda sweet, con su blusa de tirantes y el cabello con el jairdu que yo quería esta noche para mí. Te vas todo Constitución hasta Zuazua, volteas en MARCO para tomar Dr. Coss....Oye, a ver, pero ¿cómo tomo Constitución? Híjola. ¿Tus papás saben a dónde vas a ir? Sí. ¿Con quién vas? Con unos amigos de la prepa que también están aquí. Ok, vamos a hacer esto: Ve por ellos y te veo aquí en 5 minutos. Y es así como una se convierte en guía de turistas del Barrio Antiguo. Le digo dónde estacionarse. Le digo cómo llegar. Me avienta un beso despreocupado y se pierden ella y sus amigos y su auto en las calles del Barrio Antiguo. Me marcho yo. Me habla Adriana. Llega Shamán. Los encontramos en el lugarcito ese en el que se encuentran. Reímos. Adriana está feliz. La abrazo y soy feliz con ella. Ya no queremos estar aquí. Tomamos otra vez la calle. Caminamos en la madrugada buscando, buscando. Encontramos. Cheves para todos. Aquí sí nos gusta la música. Bailamos, reímos, saludamos. Fumamos, bailamos, hablamos. Miramos, somos mirados. Reímos. Voy al baño. Me miro en el espejo. Me encantan mis aretes verdes. Necesito una pulsera que les combine. Me gustan mis pantalones rotos. Me miro y no están tan mal, mis chinos. Podría volver a peinarme así. Lo que sí está medio mal es mi equilibrio. Me miro en el espejo otra vez. Reconozco los síntomas en mi mirada. Suspiro fuerte. Inhalo. No puede ser. regreso. Nos abrazamos. Cantamos. Los demás se miran entre ellos. Ya se dieron cuenta. ¿Quieres sentarte? ¿Quieres agua? Se reprochan mutuamente, ninguno quiere la responsabilidad. Ninguno se dio cuenta antes. Ninguno me preguntó si había cenado. Aysh. No pasa nada. Y luego, de pronto, estoy en mi casa. Y luego, de pronto, me esfuerzo porque todo se quede en su lugar. Y la única que no se mueve soy yo. Me acuesto en mi cama para que todo termine. Me duermo no sé cuánto tiempo. Abro los ojos. Estoy en el baño. Damn it. Yo sólo espero, espero de veras que el alcohol tenga la capacidad de distinguir cuáles son las neuronas rebeldes que debe eliminar. Yo sólo espero que se estén muriendo las neuronas esas que me siguen obligando a recordarlo.