8.31.2004

Adiós

Se fueron ya los días de mucho mucho calor. Los de más sol y más calor ya se marcharon. Se han quedado unos cuantos rezagados que buscan confundirnos, que juegan con nosotros y nos molestan en los días que salimos con manga larga sólo para descubrirlos traviesos y soleados en las banquetas. Pero los grandes ya se marcharon. Llegaron los días de mañanas frescas de veintidós grados. Los que riegan las banquetas y se entretienen con los automovilistas chocones. Los que nos obligan a guardar las sandalinas y se burlan de nuestros dedos indefensos cuando fabrican charcos que nos esforzamos sin éxito en esquivar.

Qué dulces son los rostros de los adolescentes, me doy cuenta hoy mientras hago fila para comprar un café. Qué prometedores esos rostros feos e inacabados. La mayoría de sus rostros están desproporcionados. Narices demasiado grandes para rostros tan pequeños, dientes de adulto que se asoman tras las carcajadas infantiles, cuerpos grandes atrapados en una maraña de movimientos torpes. ¿Qué hay en ellos, en su fealdad temporal, en esas miradas que todo lo ignoran sin saberlo? La posibilidad. Eso. La deliciosa promesa de que todo se puede, todo es nuevo, falta todo por venir.

Ugh. Qué cursi ando.

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3 Comments:

Blogger Roberto ha dicho...

A veces nos pasa...
Un abrazo

12:22 p.m.  
Blogger Roberto Iza Valdés ha dicho...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

6:48 p.m.  
Blogger Roberto Iza Valdés ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

4:39 p.m.  

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