7.28.2004

Matrimonios cinísticos.

Hace rato estaba pensando en que no sabía de qué escribir hoy, y que esto seguramente era una indicación de que no sé escribir y que escribo muy mal y que blahblahblah. De repente, como caído del ciber-cielo, Shamán (Señor Don Shamáns para ustedes)  me da sin querer el tema. Ayer fuimos al cine. Vamos seguido al cine. Somos esposos del cine. Hay gente que no entiende bien este concekto.  No es nada difícil. Empezando por el principio y las etimologías,  esposo  es uno de los dos integrantes de la pareja del matrimonio, y sobre esto la RAE dice:
 
matrimonio.
(Del lat. matrimon?um).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.

 
Entonces, esposos son los que se matrimonean, mediante "determinados ritos" (más sobre eso después), no nadamás los que se casan por la iglesia o el registro civil, o los ritos indígenas (ver boda de Irma Serrano).  Así pues, un esposo del cine no es un esposo-esposo en el sentido que lo entiende la sociedá, pero no por ello es menos esposo. Los esponsales del cine tienen validez exclusiva para el cine y sus actividades relacionadas (léase discusión de cartelera, toma de decisión de selección de película, compra de boletos, trasladación a las instalaciones del cine, etcétera) , y se pueden celebrar de manera múltiple sin tener que anular por ello los matrimonios preexistentes. Ahora los matrimonios de cine no se concertan, se arreglan ni se pueden forzar. Se dan gradualmente, casi siempre sin una ceremonia inaugural, ni festividades de por medio. Los hay rápidos y los hay también lentos. Es fácil darse cuenta cuando uno tiene un esposo del cine: Para los esposos de cine no hay nada más importante que la película y su goce y disfrute por ambas partes. Es importante seleccionar cuidadosamente al esposo del cine, los esposos del cine están unidos por un vínculo impenetrable basado en la confianza: Son capaces de acompañarse el uno al otro sin preguntar antes qué película van a ver, o sin leer la reseña o la sinopsis del periódico. Confían plena y totalmente en la cinefilia del otro.  Esto no indica que sean infalibles, un esposo del cine puede equivocarse y seleccionar mal, puede dejarse llevar por espíritus comerciales y de mal gusto y elegir, por decir algo, La maldición del Perla Negra (o algo peor, como las películas de Jackie Chan). Este acto por sí solo no despoja de manera alguna al esposo del vínculo matrimonial, pues se supone que existen incidentes previos que avalan su confiabilidad, y de buena fé se espera que no reincida.

Pendientes: Derechos y obligaciones, Cláusula de exclusividad, Terminación del vínculo, Límites al contrato nupcial, etc.

(continuará)


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3 Comments:

Blogger Antropomorfo ha dicho...

Yo entro en esa clase. Y además mi esposa del cine me llevó a ver la maldición del perla negra (porque adora a Jhonny Deep btw).

12:58 p.m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Como que no les gusto La Maldicion del Perla Negra? Que clase de gente son ustedes?

6:52 p.m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Es lo que le digo a La Maz, pero no entiende... todavía me está reclamando por aquella vez de La Maldición del Perla Negra... esa muvi esta chicha!...

Shamans.

9:44 p.m.  

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