2.20.2005

mientras sientas

Tienes miedo. Dicen que es un quiste dermoide, pero un dermatólogo no puede. Incrustado en el hueso. Necesitas un cirujano. Necesitas tres de hecho, porque los primeros no te convencen. Anestesia. Riesgos. Este último que por fin te gusta te ha dicho lo que no te gusta. El nervio. Eliminarlo. Nos pides que te besemos ahora mientras todavía sientes. No puedo, estoy lejos. Estoy lejos de tu mejilla adolescente y tus ojos asustados. No es algo que sepas hacer bien, asustarte. Eres otro tipo persona. ¿Te acuerdas cuando me llevaste al hospital porque yo no podía manejar? La de la cabeza fría eras tú. La que toma las llaves y resuelve los problemas. Esta vez es diferente. Eres tú, tu cuerpo, tu cara. Lloras sin decírselo a nadie. Te piensas sola, en medio de esa ciudad de cerros que no termina de pertenecerte. Las lágrimas te arrullan en esa cama alta bajo el árbol que hace ruido contra el techo por la noche. Hay algo que no sabes. No es ahí en donde está tu sensibilidad. Asustarse está bien. Déjalas que rueden, despacito, en silencio. No luches contra el nudo. El nudo no es tu enemigo. Abre la garganta y permítele salir. Vacía los ojos, todos. Después, cuando sientas que ya no hay nada en la cabeza, cuando pienses que ya no queda nada más, limpia tu rostro. Mírate, mírate bien en el espejo. Esa no eres tú. Tú estás lejos, adentro. Sientes. El numbness también se siente. En tu cabeza ligera, en los ojos cansados. Desde aquí, desde mi ventana fría y mi pantalla azul poso mi mano en tu mejilla queridísima eme. Apaga la vista. Eres hermosa. Recibe todos los besos de tu vida hoy, los primeros. Uno puede recibir todos los besos de la vida en una tarde, y después recibir los de otra vida al día siguiente. No estás sola. Pronto abandonarás a ese par que tanto odias. Dolor y miedo. Pronto todo será de nuevo. No igual. De nuevo. Porque nunca nada es igual. Eso se llama crecer. Te auguro días mejores. Te deseo una vida de besos. Los besos no se sienten en el rostro corazón. Los verdaderos besos, ojos moros, se sienten en el alma. Los demás, los que se posan en la piel nadamás se borran pronto, se marchan, no existen. Quédate con los otros. Con los que habrán de venir. Quédate con los días de sol y las risas de abril.

1 Comments:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias. Lo demás, ya lo sabes...
tq, M.

11:51 p.m.  

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