10.19.2004

De vuelta

Regresó hace unas semanas. Vino a poner orden. Se largó hace un año y ha vuelto por fin, distinta, pero es ella. P se atreve a preguntarle si le tenemos que decir "Maestra". Nadamás si antes le decías Licenciada, le contesto y P empieza a darle la queja. Que si yo lo he toruturado todos estos meses, que si él tan sufrido que si yo lo maltraté, que sinoséqué. Aysh. Sí como que nos descompusimos en este tiempo. P senfermó y fue a dar al hospital y luego me dejó de llevar al cine. Yo "con mis cosas". Nos mira y suspira cansada. Va a tener mucho trabajo. Le dieron un cubículo cercano al mío. Estamos planeando una invasión a mi vecino de aquí junto para desalojarlo y hacer un lounge que comunique nuestros respectivos espacios de trabajo. Todavía no nos atrevemos, pero un día de estos. Por lo pronto llegamos juntas casi todas las mañanas, comemos juntas, nos echamos el cigarrito a media tarde, el café temprano. Qué rico es. Qué rica compañía. Es de esas personas deliciosas. Hace cuatro años nos fuimos juntas a explorar la vida en otro continente. A ver cómo se le hacía para ser "al vacío". Y nos encontramos la una a la otra. Me entiende perfecto, me escucha, me pone en mi lugar muy seguido. Y ni siquiera levanta la voz, ni siquiera me confronta de verdad. Tenemos contexto. Hay muchas cosas que no necesito decirle. Ese conocimiento profundo que viene de la observación respetuosa del otro, de la crítica amorosa, de la convivencia significativa. Del yoga y las chocolatines, y los economistas chaparrones y metrosexuales atrapados en cuerpos de hippies bohemios y soñadores, de los amores a distancia y las observaciones sociológicas sin importancia, y los quesos y el nortec y, y, y,

Bienvenida.