9.25.2004

Frustración

Anoche se me ocurrieron unas líneas buenísimas. Eran perfectas. No pasaban de diez palabras, yo creo. Anoche no tenía una pluma a la mano. Anoche es un decir. Esta mañana cuando todavía no salía el sol y yo apenas volvía a mi casa. Ya no estaba lloviendo. Se me ocurrieron mientras manejaba con cuidado por las calles vacías mudas. Las mismas calles que los padres imaginan terribles y plagadas de peligros cuando dicen que uno no tiene nada qué andar haciendo a las cinco de la mañana en la calle. Yo digo que sí. Uno tiene que volver a su casa, carajo. Uno tiene que dormir y descansar en algún momento, ¿qué no?. Por alguna razón me puse a pensar en los hipotéticos diálogos que algún día tendría con mis igualmente hipotéticos hijos.¿Cómo iré a ser? ¿Cómo me "forma" como madre esta travesía solitaria? Las cervezas que me acabo de tomar, los tres cigarros que me fumé sin querer queriendo, las risas, la música, los numeritos en el estacionamiento y en la oscuridad...Pero no era eso lo que se me ocurría para escribir. Era otra cosa. Quería decirle algo. Quería llamarlo. Y resolví no hacerlo, y luego me dí cuenta de que de todas formas no hubiera podido hacerlo y, y ...argh. Estaba bruto lo que se me ocurrió.

Pinches neuronas encervezadas y olvidadizas.