6.24.2007

distinta

Es domingo en México. Tengo todavía un cachito de migraña sobre el ojo izquierdo, qué molesto. La casa está prácticamente deshabitada, si no fuera por todo lo que pide compostura, limpieza, arreglo. Me pongo unas bermudas y la única camiseta que traje limpia de Argentina. Es nueva además. Tomo el auto, hago vueltas, voy al super. El viejito que empaca las cosas me dice ¿es del Atlante señito? Me cuesta darme cuenta de que es a mí. Volteo, todavía sin creer que esta, esta señito de la camiseta del Atlante sea yo. Lo corrijo. De San Lorenzo. Aaahh, sonríe sin dientes y dice "la Gata". Sí, sí, le digo, la Gata Fernández. Y después, sin saber por qué digo "salimos campeones". Entonces levanta un puño al aire y me despide sonriente.

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