3.16.2006

pre-saint paddy's

Me despertaron los tambores. Tambores. Wait, es hasta mañana, y de todas formas no pasa por aquí. Estoy soñando cualquier cantidad de idioteces. Nos estamos dividiendo las lecturas para la clase de Heidi (as in Klum), porque la muy bitch nos dejó un montón de trabajo. Por alguna razón no las podemos fotocopiar así que cada quien va a teclear 10 o 12 artículos para compartirlos con los demás. Estamos en ese lugar que tiene un fresco en una barda en contraesquina de la iglesia que queda cerca del F train. Después es un hotel horrible de Acapulco. Los tambores. ¿Por qué hoy? Es hasta mañana, mañana es 17 porque hoy es el cumple del Güero y ayer fue el de la politóloga argentina y que descaradamente confundí (al rato les hablo a las dos que el domingo prometieron llamarme para recordarme. Ah. Lo sé antes de asomarme por la ventana. Me gusta este feeling de conocido, este tener un recuerdo de las cosas que pasan regularmente por aquí. Los niños de Old Saint Patrick's hacen un mini-desfile un día antes. Dan una vuelta por el barrio, y bajan por Mullberry. El sacerdote viejito y los cuatro monaguillos esperan vestidos de verde. Trrrum, tu tu tu tu trrruuuum, ppps ppss, trrrrum, trrrrru, tu, tu, tu, tu. Me sirvo un jugo de naranja, abro un yogurt (puaj) mientras devoro un plátano. Anoche cené fritos y, y, ah sí, salami. Qué lindura, las niñas con sus uniformes de porristas y sus ponpones. Hay sol afuera. Adentro sólo estoy yo. Al rato tengo que averiguar cómo se dice feliz cumpleaños en danés. El flasmeis no está desde hace algunos días. No hay música por las mañanas.

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