3.14.2006

almost spring

A veces, cuando en el octavo piso, rodeada de libros pienso en cómo sería no tener que irme. El reloj detenido. A veces, cuando levanto la vista de estas líneas tan complicadas y tan rejegas y la pongo en las agujas relucientes del Empire State y el Chrysler building. La primavera sonríe, celeste y luminosa, empijando a una nube floja encima de los árboles todavía secos de Washington Square Park. En la frente la angustia o el estrés o tal vez la migraña. Hoy, en el camino a la escuela, un fastidio descomunal. El viento no me dejaba caminar, la chaqueta de mezclilla, demasiado delgada, el badhairday hair en los ojos, revuelto, la espalda reclamando el peso de los libros y la computadora. Ay queridísimo cuerpo, no podrías ¿por favor, hacer la lucha de portarte bien? Ahora sí te prometo que cuando acabemos te voy a dar un par de semanas de vacaciones de verdad. Y hasta eso, no te he tratado tan mal. No entiendo entonces tu ingratitud, tu aburrimiento pesado. Bostezas y bostezas y luego el tuntuntuntun en la cabeza y los pies de plomo en la mañana y el sueño ligero en la noche y el hambre cuánta hambre qué barbaridad. Ya lo sé que no te quieres ir tú tampoco, pero moverte despacito nadamás va a causarnos problemas.

Etiquetas: ,

1 Comments:

Blogger Jody Dito ha dicho...

Cuerpo y mente; dos en uno. Elige la mente, pero el cuerpo dispone...vaya lio!

4:02 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home