9.18.2005

sitha

Se llama Sitha y hace más de cuarenta años vive en Nueva York. En Manhattan, a ella no le gustaron nunca los suburbios ni los otros boroughs. Esas sorpresas que uno se encuentra en la calle. Más bien, en un restaurante barato de pizza cercano a la universidad. Estaba enfrente de mí, no pasaba del metro cincuenta. Cómo podemos ver sin ver. Una figura pequeña, vieja, morena que empujaba un carrito y pedía una rebanada de pizza. Tanta gente empuja carritos en Nueva York, tanta gente jala tantas cosas. En la banca de enfrente de mi edificio duerme todas las noches una mujer que yo asumí parecida. También tiene un carro que empuja y que mantiene cerca de la banca mientras duerme. A veces fuma. Yo hace un par de semanas que no fumo diario. He fumado en dos ocasiones en las últimas semanas. Me duele un poco, la abstinencia, pero se puede al fin y al cabo. Hacía calor a las tres de la tarde en ese lugar sucio de fórmica amarilla y pizza grasosa. Pedí una rebanada con pepperoni y champiñones aunque el sentido común indicaba que plain. La pedí para comer ahí y me dí media vuelta. La única mesa disponible cuando había entrado estaba ahora ocupada por la mujercita esa que en ese momento me hacía señas. Que le pasara las servilletas. Esta gente niuyorkina, y tomé un montón y se las dí con una sonrisa indiferente. Please sit down, y no estaba preguntando. Miré a todos lados buscando un pretexto para decir no y marcharme. Había mucho sol y el queso empezaba a amenazar con escaparse del plato de cartón. Accedí un poco por la perspectiva de caminar tres cuadras hasta el parque con la pizza colgando y la mochila a rastras. Otro poco accedí por vergüenza de desairar a la mujer esta que me invitaba a compartir la mesa. Resolví comer lo más pronto posible, no fuera a ser que alguien me viera comer con quien equivocadamente supuse una indigente. Bonita escena pensé cínicamente, mi cross-referencing mental aludiendo tal vez a Oliveira bajo un puente oscuro emborrachándose con una clochard. What did you get? Mushroom and pepperoni. Oh, good. Do you go to the University here? Marvelous. I wonder if professor Goldstein is still teaching there, do you know him? I don't, y me perdí entre los champiñones que obvio, eran de lata y me empezaban a parecer retedesagradables. Después hablamos del tenis. Ella lo siguió en la tele, como yo. Who did you root for m'am? Agassi, of course. Sonrío y le digo que me pareció una barbaridad que en los comentarios el tema central era su edad. Don't you find it absolutely appalling? It is a disgrace that people will only be so rude. I am actually thinking of sending a letter to the network, so shameful, the man knows his age! And he is playing wonderfully, why is it such a big deal? Es abogada, de Sri Lanka y los bordados de su blusa blanca lo confirman junto con el jade de sus dedos. You know, where I come from we had a written language much before than here, in the West, and they call this a civilization. Written lan-gua-gue. It is an enormous thing, for the development of a people. Levanta un dedo autoritario mientras con la otra mano sostiene la pizza. La suya es de queso plain, como debió ser la mía. Sus movimientos con la servilleta y el pan me indican que la torpeza es por la edad, pero saber comer con gracia. Su esposo es irlandés. Su luna de miel en París y de ahí directo a Nueva York. Impresor, el marido. Ella trabajó con la organización zionista en los años sesenta. Viven en el número 82 de la calle sur de la universidad. I'd love to have you over for tea, dear.