9.08.2005

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En eso se ha convertido mi casa.

Yo pensé que ya me estaba acostumbrando a la rutina esa de fútbol mexicano esporádicamente, los juegos obligatorios del fin de semana, etcétera. Sabía que una vez que se pusiera interesante la temporada de la NFL, los acereros serían visitante frecuente en la sala de mi casa. Pero a mí nadie me dijo que también íbamos a ver el U.S. Open todas las noches. Nambre nah.

Por lo pronto ya entendí que puede haber uno o varios delanteros, qué significa romper el saque, que no es novedad tantos goles contra Panamá, que me gusta Blake, dónde se guardan la bola que no usan, etcétera. Qué vergüenza. No le digan a nadie.