9.08.2005

despostillado

A veces es mejor optar por un corazón despostillado que esperarse a que se rompa en mil pedazos.

Una cortadita molesta y ya, un par de lagrimillas por aquí, un nudo en la garganta a mitad de la conversación definitoria, una sonrisa genuina después, cuando se mira atrás. No, no se llama cobardía, se llama previsión. Se llama conservar una amistad.