9.04.2005

ajena

Siento muchas ganas de desaparecer, de no estar. Hace rato me metí a bañar con un nudo grande grande. Falta un día para que empiece el semestre. El más pesado de los tres. El que requiere que esté al 120% en todo y yo en pijamas, cansada, sin bañar, con una espinilla en el cachete izquierdo. Queriéndome ir a mi casa. Sintiéndome ajena en esta que tampoco ha resultado ser mi casa. El otro día leía que referirse a la casa de los padres como la casa de los padres (en lugar de la casa propia) era un signo de madurez. Hice memoria. Antes de vivir aquí ya pensaba en esos términos, pero me faltaba la mitad de la ecuación. Decir mi casa. Eso no lo había logrado hasta que llegué aquí. Me dí cuenta el otro día cuando hablé con mi papá que preguntaba en dónde estaba. "En mi casa" le dije, y era cierto. Carajo. Hoy de pronto no sé. Tengo calor. Estoy cansada, hay mucho que leer y que preparar y no logro empezar. Tanta necesidad de ser aprobada, tanta necesidad de ser querida. Hacer en función de en lugar de sólo hacer.