2.25.2005

queasy

DEspués del episodio de hoy me prohíbo tajantemente cenar durante iar. Eso de querer comerse un par de corn dogs mientras Michael toma una pierna deshecha o llega en helicóptero una mujer con los brazos amputados nomás no se puede.
Ya después, lo que sea. El queso que compré en medio de la tormenta, bien gracias. Que no se me olvide después elaborar en la teoría de la limpieza de la cocina y su relación con la falta de cariño. Me urge volver a los brazos de Santa Anna y Bolívar, qué pereza. Aunque la verdad, cómo me entretienen las fuerzas armadas latinoamericanas. Tan pintorescas, tan rimbombantes. Me encanta leer palabrejas como sedición y hondureñidad (es cierto!) y patria y junta. El otro día, por cierto, se me había olvidado, lo de la tele. Andaba ya con el cuerpo prendido pero la cabeza todavía dormida y me hice un café. Prendí la tele a ver si así me entraba el día y estaba un documental sobre Chile. No recuerdo el nombre ni el director ni nada. Había un hombre. Pretendía ser un camarógrafo o un técnico o algo en la filmación del documental. Lo cierto es que él había estado ahí cuando el golpe. Lo va contando mientras lo muestran cargando una caja de cámaras o reflectores o quéséyo, veinte años después. La forma en que lo mira todo, la forma en que uno puede palpar el recuerdo. Me puse a llorar antes de que el café estuviera listo. A veces soy retonta.

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2 Comments:

Blogger Antropomorfo ha dicho...

Si bien son imágenes comunes en el alma y el imaginario de todos nostros, verlos tan desde allá les da una dimensión completamente diferente. Eres afortunada, sabes. A pesar de los olvidos y las nostalgías. Gracias por escribir (btw, yo no tengo problemas comiendo mientras veo iar, creo que ya me acostumbre)

11:54 a.m.  
Blogger Roberto ha dicho...

Ser Sensible es una bendicion, a veces cara pero siempre buena... un abrazo

1:50 a.m.  

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