12.01.2004

Tercera persona

Es cierto que se habla de la Maztrich. Se han dicho cosas buenas de ella y cosas horribles. En ambos casos ha habido exageraciones y aciertos. En este lugar habla la Maztrich, escribe la Maztrich. Aquí no se habla de ella. Salvo hoy. Hoy ella no puede venir a sentarse a teclear cualquier cosa. Está como ausente. (Me gustas cuando callas porque estas como...¿como muerta?)No se sabe bien. Nadie se atreve a preguntarle. Todos asumen e imaginan y callan. O nadamás callan y no se fijan. No lo sabemos. Es horrible hablar de la Maztrich como si ella no estuviera aquí, o ahí, o donde quiera que sea que ella está. Hace rato la Maztrich pasó frente a un espejo y no se la reconoció. Era otra. Pero la Maztrich. O esa otra que era antes de ser La Maztrich. Ha pasado tanto tiempo que no se sabe con certeza. Tiene ojos de Maztrich, pero mirada de otra cosa. Tiene pelo de Maztrich, pero mente de otra gente. Tiene labios de Maztrich, pero no salen besos de sus labios. Tiene oídos de Maztrich pero alguien le dijo en la oreja "oye Maz" y ella no respondió. Dice que es la Maztrich y sin embargo es incapaz de sentarse a deletrear eme-a-zeta. Tal vez es una impostora. Tal vez ha suplantado a alguien más. Tal vez La Maz es sólo un personaje de una novela que ahora se ha descubierto nunca se escribió. Como un buen chiste del buen Borges. Y el lector acaba creyéndose la referencia histórica aunque sabe que la anécdota es mentira. Tal vez la Maztrich es un error o una trampa o una mentira o un renglón con faltas de ortografía en una hoja manchada de café.