11.19.2004

Ciegos

De repente, es viernes. De repente me doy cuenta de que me he quedado como en blanco. Tengo cuatro, cinco posts sin empezar. Tengo cosas que decir y no puedo. ¿En qué momento? Algo me sucedió. No me lo explico. Estoy como vacía. No sola, no triste, no sin planes ni expectativas. Es quizás sólo el hecho de que hay tanto a mi alrededor y todo me supera y todo me da vueltas y todo requiere mi atención inmediata y me bloqueo. Anoche ví a una pareja de ciegos caminando por la calle. Por el retrovisor pude ver la forma en que él acariciaba el cuello de ella, que caminaba por delante. Tal vez no sea nada, pero ese gesto me causó una profunda tristeza. El contacto de la mano del hombre con el cuello y el cabello de la mujer. Una forma de decirle "Aquí estás, y yo también". La soledad en medio del tráfico. Ellos no podían ver los rostros de fastidio de los conductores, la indiferencia de quienes no abrían sus ventanas, la niebla y la noche que caían. Lo escuchaba, lo sentían, por supuesto. Pero lo real, lo que estaba ahí eran ellos dos, uno detrás de la otra. Estaban sólo ellos y la mano sucia sobre el cuello tostado por el sol. En la oscuridad, el roce de una mano es diferente. En la oscuridad perpetua, ¿cómo será esa mano sobre el cuello? Quise saberlo y no pude.