11.29.2004

Boxes

Cuatro cajas pre-rotuladas Archivo Muerto. No van a ser suficientes, recién me doy cuenta, pero sirven para ir empezando. Tal vez sea muy apresurado. Después cuento los días y me doy cuenta de que es mejor así. No voy a volver a casa, pero todas estas cajas sí. Siete años y medio de existencia. Siete años y medio de papel. Esta ha sido una vida de mucho papel. De libros de texto y de fotocopias de lecturas difíciles de conseguir y de cuadernos de apuntes con letra de colores y journals y proyectos finales. Estadística, ciencia política, macroeconomía, gramática inglesa, antologías de cuentos latinoamericanos y de literatura norteamericana contemporánea. Diccionarios especializados de historia y de relaciones internacionales. Manuales sobre técnicas didácticas y estrategias de aprendizaje y trabajos finales de mis alumnos. Más de doscientos. Mientras hojeo tantas cosas para decidir qué sirve y qué no, me voy encontrando eso otro que estoy empacando. Pedacitos de vida. Recortes de periódico y boletitos de cine y poemas cursis y fotografías viejas y entradas de juegos de futbol americano y postales francesas y tarjetas de cumpleaños e invitaciones de bodas y calendarios minuciosos y agendas olvidadizas y cientos de recibos de restaurantes y de cajeros automáticos. Me entero, por ejemplo, de lo que hice el 26 de octubre del 98, o de cuántas veces comí fuera en marzo de 2001. Cuánta conferencia y cuánto congreso y cuánta carpeta inútil. Me cuesta un poco discriminar. Me cuesta mucho decidir qué se queda y qué se va. Son testigos. Como aferrarme a la promesa de que algo que no sea yo (porque yo me voy a ir) diga que aquí estuve, que esto hice. Aunque sólo sean saliditas al cine y compritas en ferias de libro y apariciones fugaces en eventos estudiantiles y notas aburridas de clases vespertinas. Poco a poco me fui construyendo un espacio, una vida. Hay que empacarlo todo ahora. Souvenirs y recortes de revistas e instructivos de celulares que ya no existen. Todo eso poco a poco se va yendo. Les doy una vuelta y luego otra. Los cambio de estante y los pongo en otro cajón. Pasa un día o dos y entonces me los vuelvo a topar y hay una dos cosas que se marchan de todas formas y otras tres cuya vida ven alargada por lo menos hasta que el espacio no me dé para más. También voy haciendo una pila de cosas ajenas. De eso que tengo que devolver. Hay gente que ya no está y no hay a dónde repatriar los libros o los CDs. Estoy cansada.

1 Comments:

Blogger Roberto ha dicho...

Bon Voyage!!!

9:02 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home