12.03.2004

Excusas

Me duelen los dedos. Me cala el exceso de letras que se desprende de ellas. Todas las palabras que he andado tirando por ahí. Que se han quedado sin venir aquí por el cansancio y los pendientes y la calle y los deadlines. Me la paso en el auto todo el día. Todísimo. Escribo cartas todo el día, envío facses y correos y sobres a todas partes. Con fotografía, copia simple, copia notariada, traducción, entrega inmediata. Argh. Y además, sigo poniendo exámenes finales y hablando con papás (ah, hablando con papás de hijos reprobados) y tomando café y tratando de no fumar y comiendo mucho queso y mucha harina y subiendo y bajando escaleras y soñando cosas absurdas y batallando para despertar al cuerpo y para meterlo a la regadera y faltando al yoga y llenando cajas de recuerdos y papel y tratando de fijar lo que veo en la memoria y haciéndolo todo todo todo hasta hoy, sin medicina. Nomás que el blog ha sufrido. Y la tarea para el taller.