12.09.2004

Aclarando post anterior

No, ella no se trató de propasar conmigo de esa manera. La historia es otra. Ayer, a la salida de un evento académico me doy cuenta de que tengo una llamada perdida de ella (sí, en mi celular están registrados los números de restaurantes, mecánicos, carteleras de cine, estilista, manicurista, etcétera), a las 8 de la noche. Qué cosa tan extraña, pero tal vez marcó sin querer. Reviso mi correo de voz: "Maztrich, habla X, de la depilación, necesito hablar contigo, por favor márcame a este número a la hora que sea, no importa si es muy tarde". Sopas. ¿Me habré ido sin pagar? Reviso las menguantes finanzas temporalmente albergadas en mi cartera. No hay ningún dinero de más. ¿Qué puede ser tan urgente? Llego a mi casa. Me entero de que también a mi casa llamó. Chale. ¿Descubrió que hay pulgas en su establecimiento? ¿Le notificaron que el último lote de cera que compró era tóxico? La curiosidad mata, lo juro. Nada me podía haber preparado para lo que vendría después.