7.09.2004

Ando mal. Ando mal. Andomalandomalandomalandomalandomal. Una vuelta. Otra desviación. Una flecha. Chingado, no llego. Hoy por fin me levanté temprano y vengo (venía) a tiempo al trabajo. Venía ya casi de buenas. Ya casi se me había olvidado que nada me estaba saliendo como yo quería. En el radio estaban homenajeando a Neruda y una voz triste y deliciosa decía: "Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,/ya no se endulzará junto a ti mi dolor. / Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada / y hacia donde camines llevarás mi dolor/ Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos /un recodo en la ruta donde el amor pasó./Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, /del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. /Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. /Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy...." Yo sí sabía hacia dónde iba. A la oficina, a tiempo. Y el oficial decía "No, mire, vatener que tomar la desviación esta y yadeai sale derechito a donde usté va". Hice exactamente como me dijo. Respeté los altos, seguí las flechas, puse atención, iba con tiempo...Y de repente estoy en una esquina totalmente desconocida y miro hacia arriba y descubro que uno de los edificios de mi destino ha quedado atrás y ya es tarde. ¡¿A qué horasss??!!! ¿Cómo pasó esto?? ¿Qué hice mal?? Y vuelvo a ver la flecha anaranjada y ahora sí alto total. Ahora las últimas palabras del Poema veinte resuenan en mi cabeza. Y de pronto me doy cuenta. A veces no basta con hacer todo bien. A veces uno sigue las instrucciones y es respetuoso y hace lo debido. Y comoquiera no llega uno a donde quiere. O llega uno más tarde. O llega uno a otro lado. O de plano podía haberme parado en la nevería y no volver a ir a trabajar nunca. Pues yo sí llegué, aunque malhumorada e iluminada por esta revelación.