9.10.2010

lectura del café

Puede saberse mucho de su futuro inmediato oservando las marcas de café. No las de la borra al final de la taza. Más bien las salpicaduras que hace antes de marcharse y que encuentro horas más tarde cuando me preparo un almuerzo solitario.

Algunas veces hay un camino de grano molido que viaja desde el estante hasta la cafetera en un zigzag caprichoso. Son los días que tardann más en arrancar. Cuando todo va bien, sólo está la cuchara sobre un discreto punto y aparte de café en la fórmica. Si se le hizo tarde, los patrones en la cubierta y sus alrededores son dignos del mejor analista forense de splatter que pudiera existir.

Hoy por ejemplo, había una alberca de café humeante sobre la barra.
'
Debimos imaginar que sería un día terrible.

Etiquetas: