6.27.2010

curiosidad

Ándale, dice. El día estuvo chido. Anduvimos un rato en el sol. Caminamos en la calle. Hablamos. Cenamos. Oímos podcasts, par de nerds. Tomamos cerveza bien fría para espantar el sol que cargamos. Y después, ándale. Un beso. No. Una mano en la cintura. No, ¿para qué? Porque sí. No. Por curiosidad, insiste.

Hace rato que dejé de besar a nadie por curiosidad, I'm sorry.