2.09.2010

tevé

Los señores maztrich hicieron aritmética. Sumaron, restaron, multiplicaron. Concluyeron matemáticamente - quién puede retar a la ciencia- que los gastos incurridos en una tarde efímera de Super Bowl en cualquier lugar público equivaldrían sin duda alguna a algo más durable: Regalarle a este hogar una televisión. Aparato que no habíamos traído a este domicilio en parte porque no teníamos y en parte también porque ya se sabe de nuestras tendencias malsanas al ermitañaje auto-impuesto y la flojera olímpica. Pues ya no más. Desde ayer tenemos una, nuevecita, plana y muy moderna. Dicen que tiene capacidades wireless y mucha mucha resolución. El otro inquilino me ha dado treinta días - no especificó si hábiles, naturales o útiles- para decidir si la pondremos en nuestra hasta ahora bonita e intelectual área común, o si, las autoridades de Hong Kong van a disponer de ella como mejor les parezca. En todo caso, es el fin de nuestra civilización.

Si no escribo más, ya saben qué fue.

Etiquetas: ,

3 Comments:

Blogger rageforst ha dicho...

Que los filtros RGB no causen tantos estragos. Adiós civilización

3:39 a.m.  
Blogger Susanito Peñafiel y Somellera ha dicho...

Pues no me han gustado sus tres ultimas entregas, senorita. Se sienten como telenovela del CW11. Soy "fans" de hueso colorado -de esos que no son sus amigos pero la leen religiosamente- pero no encuentro la sustancia ultimamente. Esto no es para hacerla sentir mal (ni creo que le importe), sino para desahogarme simplemente. Viene uno por una baguette y sale uno con pan bimbo. Por otra parte, aborreci las ultimas dos entregas de Maureen Dowd, asi que cabe la posibilidad de que mi cerebro me este jugando una mala pasada. Hay que joderse.

9:03 a.m.  
Blogger La Maz ha dicho...

Desahóguese nomás, que justo para eso es esta ventanita, cuantimás si hace usted un uso tan sofisticado de un teclado sin tildes pero con signos de puntuación.

2:18 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home