2.23.2009

Purple Violets

Noviembre de 2005. Ed Burns y Selma Blair sitiaron nuestra calle por un par de días. Recuerdo haber pasado mucho rato con la nariz pegada en la ventana del cuarto del flasmeis (el flasmeis, ¿lo recuerdan? lo vi la semana pasada luego de casi tres años), tratando de ver algo. Filmaban en la librería de enfrente, donde yo iba a fumar cuando ya habían cerrado. Cuando salí revisé los avisos que ponen por ley para que los vecinos sepan el motivo de la disrupción a su barrio. La película, decía, se llamaba Purple Violets. La estuve esperando y nada. Durante un tiempo pensé que tal vez le habían cambiado el nombre y no me había enterado. Luego, como tantas otras cosas, lo olvidé. Hasta hoy domingo que abrí el periódico para buscar los horarios de Doubt y me topé con ella sin querer. Así que arrastré al Hermanuel a las diez de la noche y la vimos. Y me emocioné cuando salió mi calle y contuve el aliento cuando vimos la pared de la iglesia, de mi iglesia. La película tal vez no era taan buena. Pero hablaba de los reencuentros. Eso que sucede cuando uno ha perdido a alguien y luego lo encuentra de nuevo. Estos días están llenos de ellos. El viernes para no ir muy lejos. Y yo, con una sonrisota después.

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