1.02.2009

albóndigas

Día dos del dosmilueve. Viernes. Me despierta mi mamá para decirme que en media hora mis pantunflas saldrán de la lavadora. Si se quedan ahí apestarán. Me doy vuelta e intento recuperar lo que estaba soñando. En las últimas semanas sueño muchas cosas con tramas complicadas. La otra noche, por ejemplo, soñé que íbamos con el chino a cenar a la playa con Renato Cisneros y Lelia, a quien no conozco but still. Cenábamos en un lugarcito al aire libre y tomábamos whisky. Go you to know why. Del sueño de anoche sólo puedo recobrar que estaba Mariana y debíamos enseñar una clase juntas. Eso y era una escuela nueva y diferente. Pero eso se fue con las pantunflas y es casi mediodía. Me asomo al iPhone, el nuevo tirano. Decido que no habrá café hoy. En el fregadero hay un paquete de carne molida que sutilmente me recuerdo que debo hacer de comer. En treinta segundos decido que haré albóndigas. Me pongo la vincha peruana (vincha, se dice vincha si uno quiere que le hagan precio en el mercado inca) y pongo manos a la obra. Me gustan, estas obras. Huevo, parmesano, ajo, cebolla rallada, pan molido. La salsa será de tomate y albahaca. Una vinagreta con champiñones frescos para la ensalada. Mientras llegan todos a comer me siento a escribir. Como si fuera tarea.. Commo si tuviera que volver a aprender. Porque tengo que volver a aprender.

Etiquetas: ,