10.12.2008

domigno

De un tiempo para acá, escribo poco y mal. Vengo acá y transcribo lo de allá (lo de afuera), pero ni siquiera eso. Antes miraba las cosas de una cierta forma, las doblaba mientras manejaba, las pulía al hacer ejercicio hasta que venía y las depositaba aquí. Aquí que era un adentro muy especial. Una vitrina oculta excepto para mí. Ahora abren la puerta, se asoman, se enteran. No era esa la idea. ¿Cuál era la idea? ¿Alguien lo sabe? ¿Lo supe yo alguna vez?

Estos días lo que más anhelo es mi cama. Llegar a casa, aventar los zapatos, abandonar la bolsa en el primer lugar disponible, encender el aire acondicionado y meterme bajo el edredón. Apagar el teléfono. Contestarlo si y sólo si es absolutamente necesario.

Hoy hace diez años murió mi primer abuelo muerto. El que inauguró la etapa de las pérdidas. Las pérdidas verdaderas. El otro día leía que Adorno dijo que había que amar como a los muertos, sin esperar nada a cambio.

3 Comments:

Anonymous Anónimo ha dicho...

quien es Adorno?

10:55 p.m.  
Blogger La Maz ha dicho...

"[Theodor]Adorno había escrito que el modo más verdadero de amar es amar como si el otro estuviese muerto, es decir, como si no pudiese devolver el más mínimo amor".
Mardones, José María (2003) "La ética ante las víctimas" Editorial Anthropos. pp-129

1:17 a.m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

thanks for expl/reply. nicely put but easier said than done, no?

6:18 a.m.  

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