2.26.2006

Ithaca (sans Ulyses)

Estoy en Ítaca. ¿Qué hace uno acá? Uno espera, por supuesto. ¿Qué otra cosa se hace en Ítaca además de presentar un paper y conversar durante horas sobre la experiencia del migrante, sobre el mito del regreso? Nada. Uno mira la nieve desde la ventana, uno se asoma al horizonte. Acá hay horizonte y uno puede mirarlo. Me imagino que sin horizonte la espera no sucede, o sucede mal. Esperar que sea el turno de uno, esperar no equivocarse, esperar que termine el ponente aburrido, esperar que no caiga mucha nieve. Esperar que venga Ulises. Pero si no somos Penélope. Esperar el autobús. Tomarse un café y esperar. ¿Qué esperas?

2 Comments:

Blogger Nestor ha dicho...

Todas las mujeres son Penélopes a su tiempo.Todos los hombres ,somos Ulyses esperando llegar a casa y ser abrazados.Cualquier alteración en estas conductas son los malos síndromes de este mundo moderno.
Un mundo que predica a contramano de toda emocion.
Nestor

PD: Nuestros egos son el caballo de Troya.

7:37 p.m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

...A que llegue la muerte.

3:11 p.m.  

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