2.10.2005

autoaclaramiento

No soy esquimal ni escandinava. Cero ojo azul o algo por el estilo. Pienso esto mientras camino sobre la Quinta. Entonces me repito despacito que hay que tener cuidado con los números acá. La seis y la sexta no son la misma cosa. ¿Qué fue lo que dijo el hombre ese, seis o sexta? No tengo idea. Sé que lo dijo y en mi cabeza se dibujó el numerito ese de la bolita con el ganchito para arriba. Nadamás que entre seis y sexta hay una gran diferencia. Si la Sexta entonces todavía me falta McDougall y esa otra que no me gusta y, y, y...si es la seis entonces no sé si la he visto alguna vez. Guargh. Los pumas cafirosas se apuran, pero necesito decirles para dónde hay que apurarse. Ah. Llego, tarde pero segura. Estar entre esta gente me hace sentir bien. Como en casa, como segura, como...Soy polvo y en polvo me convertiré. Bajo la frente. Es cierto. Soy polvo. Cierro los ojos un momento y disfruto el silencio. Pido perdón, gracia, misericordia. Acá hay silencio hasta que me dan ganas de hablar ruso. Creo que es ruso. Hay una mujer atrás de mí que sostiene a una pequeñita de ojos preguntones y le susurra algo al oído. Algo cálido al oído. Me gustaría saber qué dice. Recolecto mi termo y mis libros y mi bolschila y salgo. Que no, que no, que no, le repito a la mujer que hoy se salió sin bufanda ni chaqueta. No eres islandesa ni alasquense. Seis grados no es tanto frío, pero con la yin yaket no la haces corazón. Además, vete la cara de playa que tienes vida mía. Anoche, por cierto, otra vez. You know, I know that you are Mexican and all, but, well, your face, it...well, this is in a good way and all, you have this Caribbean, sort of Philippinean air to you that, it's very appealling, exotic even (nice, but oh-so-gay)...Claro, bueno, pero entonces con más razón. Tierras cálidas, guapachosas. Mínimo bufanda palaprossima. Además la garganta sigue doliendo. Es como si en mi garganta viviera una palmera de esas que hay en las casas. Si no sopla el aire, si no respiro muy profundamente, las hojas apenas se mueven. Pero si tomo un deep breath o toso o algo, ay ay ay. Los picos de las hojas rozan la garganta. La molestan, la cosquillean. Entonces el pecho se queja y la saliva maltrata. Qué cosa tan horrible, y luego sin paraguas. Ay Maztrichita.