10.01.2004

Ultimátum

Hago mis llamadas matutinas. Tengo un plan "Llamadas ilimitadas" de Telcel. Lo estoy probando este mes. Por 200 pesos puedo llamar cuantas veces sea en llamadas inferiores a 4 minutos a 5 números frecuentes. No sé si me conviene o no, pero por lo pronto, como me pescaron desprevenida y dije que sí, estoy dispuesta a sacarle partido al mátsimo. Así que ahora les llamo a mis números frecuentes tres y cuatro veces al día. La primera ronda es a las 8 y media de la mañana. Ya les tengo bien medidos sus horarios. Primero hay que hablarle a la Chikis, la única responsable
que llega a tiempo a su trabajo. La única a la que puedo marcarle a esa hora y ya salió de su casa. Le doy los buenos días. Después sigue nuestra rocstar favorita. A ella le marco justo a la hora en la que coincide con su vecino guapo en el estacionamiento. El timing tiene que ser preciso para que la estrategia de conquista del vecino guapo funcione. Los lunes finge que soy su corredor de bolsa en Tokio ("sí, compra, compra y deshazte de los bonos esos del gobierno"). Los martes le hablo de parte de su modisto en Milán ("necesito el foulard de lentejuelas y plumas para el desayuno del sábado"). Otros días soy su club de fans, o el jeque árabe que le pide matrimonio, o su agencia de viajes. A veces el vecino no se aparece en las escaleras ni en el pasillo ni en el estacionamiento y entonces sólo soy la Maztrich ("Maaaztrich, te tardaste y ya voy en mi cocheeee, que no vuelva a sucederrrr"). A Poncha todavía nolentiendo. Tiene horarios raros. Pero casi siempre va peleándose con el tráfico. Mugre vieja, ándale, atraviésate. Mja, pérame porquemestoy pimtamdo la boquita. Aysh, este tráfico del demonio..guargrghhhh. A veces me da miedo que lo de esta cosa de Telcel sea mentira y yo esté muy mona hable y hable y luego me vayan hacer la juvenil. Más les vale que no.

Total que hoy me declaré en franca rebelión viernesina. Les dí un ultimátum a mis interlocutoras frecuentes. Ya ni voy a ser la abuelita esa que se la pasa sola en navidad porque sus hijos se fueron a pasar la nochebuena a casa de las nueras y luego nadamás la visitan cansados al otro día para el almuerzo. Ah no. Ya no voy a tolerar que se larguen con los amigos de sus novios a hacer cosas los viernes y luego nos veamos para el recuento de los daños a las tres de la tarde. O bueno, hoy no lo voy a tolerar. HOY si sus novios las quieren ver, no van de locales. Ahora les toca ser visitantes. Así que más les vale presentarse hoy en punto de las diez en el bar estipulado para las cheves reglamentarias. Ya después que hagan lo que quieran.