10.27.2004

Avedon

Se me había estado olvidando. Hace poco murió Richard Avedon. Me acompaña todos los días desde hace casi dos años. Conocí sus fotos antes de saber quién era. Me impactaba mucho una de Samuel Beckett que alguna vez usé para un trabajo, por alguna razón. Luego, el muchacho de los ojos verdes y yo fuimos a finales del 2002 a ver su exposición en el Met. Me enamoré de sus blancos y negros, de las arrugas y de los reflejos en los ojos y las pecas y las personalidades. El muchacho de los ojos verdes y la nariz hermosa me dejó disfrutarlo mucho rato mientras me tomaba la mano o me susurraba de vez en cuando algo en el oído. Sé que ese día vimos muchas cosas más, todas muy hermosas, todas muy importantes. Pero Avedon me gustó de una manera especial. Después, cuando ya habíamos recuperado los abrigos, compré un par de postales. Una para Grinais y otra para mí. Grinais no se dio cuenta de que había comprado su favorita y se la dejé escondida en un armario. Algunas semanas después me habló para decirme que la había encontrado y que se sentía feliz. La mía era una foto diferente, sin la fuerza de las demás, pero cautivadora en su pequeña dimensión. La puse en la chemisette que uso para guardar mis listas de la prepa. Siempre llama la atención. Me han preguntado que si soy yo, que si es mi hijo, mi hermano...el último preguntó que si "¿es tu marido de chiquito Miss?". No sé quién es, no sé si vive o no. No sé si es Siciliano o estaba de visita, no sé qué cosas perdió por la guerra, no sé nada. Nadamás sé que me acompaña todos los días y me mira contento desde su uniforme y su árbol borroso y su gorra y su pañuelo y cuando lo veo a los ojos yo también soy una persona contenta.