8.11.2004

High-heeled Kamikaze

Ahora síestá lloviendo. Chin. Ayer, preocupadísima por los tacones, el agua y las caídas y nada (digo, nada, porque la preocupancia fue gratis, no nada porque ni me caí y eso me decepcione). Pos hoy que no me preocupé, ha empezado a llover. Hoy, cuando necia, reincidente y suicida decido otra vez ponerme los tacones, llueve juerte afuera. Pero es que...era lo único que le iba al ausfis. A la blusa stretch de manga larga, cuello formal, color azul pizarra-botoncitos de carey escondidos, a los career pants y el cinto nuevo con la hebilla plateada. Al pelo que de pronto se ve mucho más largo y me hace ver, distinta, mayor, otra. No lo pude evitar, lo lamento rodillas queridas, lo siento mucho, glamour adorado. Me someto a la voluntad de las banquetas mojadas, a la burla de Tláloc, a las miradas atónitas de los peatones que atestiguen mi caída inevitable. Allá voy, impasible a mi destino, como al patíbulo, como virgen al altar de los dioses prehispánicos, así así así. Calladita, paso lento, frente levantada, impasible, vestida de azul.

1 Comments:

Blogger Roberto ha dicho...

Suerte en la aventura de altura. Yo me pregunto tantas veces si no es un suplicio pisar de esa forma, es cierto que se ve elegante en algunas personas, dicen que de el calzado se aprende mucho de las personas, parte intimamente ligada a su bienestar... dicen y a veces me parece una idea correcta.
Un abrazo..suerte con los charcos...

7:13 p.m.  

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