6.09.2004

No había necesidad, de verdad que no. Nadamás tenían que pedirlo, de veras. Escribo tenían y me pregunto si eran varios. Tal vez varias. No sé por qué motivo no se me ocurre que haya sido un perpetrador solitario y masculino. Quienquiera que sea que haya roto el vidrio de mi auto, espero que disfrute mucho mi Sugardoughnut Moment Lipgloss de Dirty Girl, mi Dr. Feelgood Balm, que le aprovechen mis seis delineadores cafés apunto de terminarse y mi enchinador de pestañas. El botecito de sombra iridescente en polvo y JAJA, el rímmel Zansuzi que me costó veinte pesos una noche desesperada.