6.04.2004

Estoy empezando a recordar por qué no me gustan las conversaciones superficiales auto-censuradas. Esta vez, además, no tengo ganas. Estoy en huelga total de intentar cualquier cosa. He decidido permanentemente (y mientras me dure esta decisión), que no voy a hacer el menor intento, que no voy a "volver a empezar", que no quiero "dar vuelta a la página". He decidido cerrar este libro y dedicarme a cosas más trascendentales, más espirituales, más...¿Cómo demonios lo logra él?