9.06.2009

Amor estilo iraní

Hace un par de semanas entregué el texto. Hace una semana que no escribo bien bien acá. Todos los días deseo un poquito administrar menos papeles y responder menos correos para en lugar de ello ponerme ahora sí a escribir. ¿Qué sigue? me pregunto a cada rato. Ya el textito ese. El tercero en un año. Las columnas semanales quedaron víctima de alguna de las masacres laborales de los últimos semestres. Ningún artículo, ninguna actualización de la tesis o algo parecido. Entonces abro una revista, la que sea. Elijo al azar una página. (Las revistas están por todas partes en esta casa: Se las encuentra uno en el suelo, bajo la cama, sobre el toallero, entre los cojines del sofá. La mano las toma y elige al descuido un párrafo. Después, cuando pasa el momento, caen desordenadamente en algún otro punto de esta geografía, como si anduviera presionando pausa a todos los textos que viven aquí).

"Algunas veces, los blandos ciudadanos literarios de las democracias liberales añoran la prohibición. Inventarte algo para escribir puede ser difícil cuando se te permite escribir sobre cualquier cosa. Un día en el que la decisión más difícil ha sido entre "grande" y "alto" no conduce al agotamiento literario. ¿Y qué sabemos nosotros de la vida? Nuestro gran tour fue sólo a través del gentil y sin fronteras continente Google. Nada nos obliga. Tal vez miramos con envidia a aquellos que tienen la mala suerte de vivir en países donde a la literatura se le toma lo suficientemente en serio como para censurarla, y a los escritores se les venera con el encarcelamiento. ¿Qué pasaría si la escritura se volviera un poco más exigente para nosotros? ¿Qué si tuviéramos menos de todo? Podría volverse nuestra cultura literaria más "seria", ciertamente más creativamente ingeniosa. En lugar de ahogarnos en alternativas, tendríamos que inventar en torno a nuestra sed. La tiranía es la madre de la metáfora, y todo eso"

- Wood, James Love, Iranian Style The New Yorker, Junio 29 2009.

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