5.27.2008

sueños

Hace algunos meses, Alguien me dijo que al despertar me quede un rato con los ojos cerrados. Para recordar lo que soñaste. Esta mañana esperé quince minutos hasta que otra vez estábamos Juan Diego Flórez y yo en casa de Alguien en Lima. No sé si comíamos o preparábamos algo, pero me tomaba de la cintura en la cocina y nos reíamos. Después estábamos en la selva. Es que Juan Diego, me indica alguien, es misionero. Yo siempre pensé que. No, no, no. Los vecinos me aseguran que él vivió siempre allí. Yo leí que. No, no, no. Juan Diego me mira y se ríe. No dice nada. El padre aclara que tienen un rancho en las afueras de Posadas, como el de Dallas. Ah, ¿y en cuál de las entradas de la ciudad?, quiero saber. El padre me mira. Juan Diego se ha marchado. Porque está el río, le digo, y la salida esa que uno toma, y luego aquella otra ruta que. Alguien me dice que soy muy perversa en mis sueños.